El clásico entre Benfica y Oporto estuvo rodeado de incidentes violentos protagonizados por hinchas de ambos equipos que obligaron a la policía a disparar pelotas de goma para frenar a los aficionados. Finalmente hubo varios heridos y detenidos.
El Oporto había anunciado que iba a hacer lo imposible para proclamarse campeón en el estadio de su mayor rival y el ambiente estaba caldeado tras varios incidentes entre sus seguidores tras el apedreamiento, en las últimas jornadas de liga, de los autobuses en los que viajaban los jugadores de ambos equipos.