Webb se encuentra con Xabi entre la culpa y el disimulo

La imagen reúne como ninguna otra a los cuatro actores en conflicto. A saber, el karateca, la víctima, el balón y el árbitro. Cada uno se dibuja sin que haya posibilidad de confusión. Uno pega, otro encaja, el tercero vuela y el señor juez lo observa todo sin interferencias ni intromisiones. Hasta diría que la mirada del colegiado se cruza, por un instante, con la del futbolista ensartado, observen cómo parece pedirle socorro. Lo vio, por tanto. Y es muy posible que también lo oyera, porque esto hace ruido: primero la coz en el pecho y luego el grito de ahogo, ese ¡aahgg! que no se puede fingir.

Esta noche Míster Webb y Xabi Alonso volverán a coincidir sobre un campo de fútbol y para ellos quedará reservado un foco. Lo lógico será que Xabi evite el encuentro y que el inglés lo propicie. Lo razonable sería que Alonso fuera protegido hoy como si se moviera en un carrito de bebé. Lo sensato y elegante sería regalarle un penalti por incierto que fuera y bajo ningún concepto mostrarle tarjeta; más bien al contrario, pedirle una, para saber dónde enviar las flores y las disculpas.

Otra posibilidad es que Míster Webb niegue los hechos y la culpa. En ese caso intentará demostrar su indiferencia con Xabi Alonso (Xabi, ¿qué?) y antes que neutral querrá ser severo. Es decir, amarilla en cuanto pueda, implacable, así son los funcionarios de Su Majestad.

Lo imprevisible ocurrirá entonces. Ante Xabi se abrirán un abanico de reacciones, algunas tenebrosas. Lo normal es que evite la disputa, porque es un hombre tranquilo. Pero también podría perder los nervios, quizá azuzado por las patadas de Gattuso, y rasgarse la camiseta, cual Camarón, para mostrarle a Webb la constelación De Jong grabada en su pecho. O citarle de corrido a San Gabino, San Judas y San Pedro Bendito. En perfecto inglés del norte. Caben varias opciones.

Otra alternativa es que no suceda nada y Webb, acabado el partido, le pida la camiseta a Xabi. En tal caso recomiendo que se la dé con los agujeros hechos. Como recuerdo.