Alemania ha cambiado mucho estos dos años

Poco tendrá que ver la Alemania que se encuentre España en las semifinales del Mundial con aquella a la que derrotó en la final de la última Eurocopa. Joachim Löw ha sabido introducir con éxito a varias de las grandes promesas que han aparecido en el país en los últimos años y que han desbancado a España de lo más alto en categorías inferiores. De hecho, sólo 9 de los 23 convocados para Sudáfrica repiten con respecto a Austria y Suiza. En el caso de España, esta cifra se sitúa en 15.

La revolución se traduce, fundamentalmente, en cinco caras nuevas y jóvenes que se han hecho un hueco en el once germano dotándolo de una mayor frescura y calidad. Se trata de Neuer, Boateng, Khedira, Özil y Müller. Los cuatro primeros deslumbraron el pasado verano en el Europeo Sub-21 de Suecia, cuya final ganaron tras golear a Inglaterra (4-0) y en el que también se midieron a España en la fase de grupos (0-0). Por su parte, Müller -que no podrá jugar ante España por sanción- explotó poco después, en la pretemporada del Bayern, con el que ha cuajado una campaña magnífica.

También ha servido para la mutación alemana el adiós de varios buques insignia, casi todos ellos intocables hasta hace bien poco. Lehmann, Metzelder, Frings, Hitzlsperger y, sobre todo, Ballack han dejado un hueco por decisión técnica o lesión que han sabido aprovechar muy bien los jóvenes que venían por detrás.

España se encontrará con una Alemania mucho más cambiada que ella. Y es que Del Bosque mantiene el bloque campeón, aunque con su legado en el once inicial de Piqué, Busquets y Xabi Alonso.