Alemania pende de Cacau

Seeler, 'Torpedo' Müller, Völler, Klinsmann. Alemania fue el primer productor mundial de arietes durante décadas. Ahora escasean. Klose, polaco de nacimiento, sólo marcó tres goles en la pasada Bundesliga. Y ante Ghana no juega por la roja que le mostró Undiano tras sufrir un ataque de árbitro en el Alemania-Serbia. Es la hora de Claudemir Jerónimo Barreto, Cacau, brasileño de Santo André, que llegó a Alemania para jugar en un equipo de la quinta división con 18 años y al que el año pasado, con casi 27, nacionalizaron como si de una empresa estratégica se tratara. Helmut (por el ex canciller Helmut Kohl, según la versión más extendida) le llaman cariñosamente sus compañeros.

Alemania se pone en sus manos. Y no es una temeridad: cinco partidos con la 'Mannschaft' y cuatro goles. Será la proa de una gran selección en un mal trance. Por eso Löw maneja la opción de sacar un segundo punta, Kiessling o Gómez, y de emplear como lateral izquierdo a Jansen, más largo que Badstuber.

Enfrente estará Ghana, que sólo ha sido capaz de marcar de penalti (dos veces) pese a haber jugado durante hora y media en superioridad en sus dos primeros partidos. El duelo le llega después de haber superado su 'anelkazo'. Muntari perdió la cabeza tras verse suplente en los dos primeros partidos y levantó la voz al técnico, Rajevac. La respuesta del serbio fue mandarle a casa. Le salvó el arrepentimiento espontáneo y la intervención del resto del equipo. Tampoco está entusiasmado el país con el juego de un equipo muy joven (sólo dos futbolistas por encima de los 30 años), que ha aprovechado la buena inercia de su selección juvenil, campeona mundial en 2009. "El buen fútbol es el que gana partidos", ha dicho Rajevac. Hoy no le hará falta tanto. Le basta con empatar.