Mundial 2010 - Grupo D | Alemania - Australia

Alemania, con 11 mestizos, se limpia sus arrugas

Se mide a Australia con la selección más joven en 76 años.

Luis Nieto

Es como si de vender su tecnología se tratase, Alemania añade diseño a la fiabilidad de su fútbol. "Ya no somos típicamente alemanes", presume Lahm, como si serlo no hubiera servido para ganar tres títulos. Pero es cierto el giro hacia la estética producto del mestizaje social y futbolístico. Once de los 23 de Low tienen raíces extranjeras, entre ellos los dos con mejor futuro, Ozil y Khedira, de padres turcos y tunecinos, respectivamente. Pero la mezcla de sangre no toca el orgullo. "Nadie está por encima de nosotros", proclamaba ayer Beckenbauer, eterno kaiser.

Sin Adler ni Ballack, en este Mundial presentan su selección más joven en 76 años, con sólo tres futbolistas por encima de los 30. A Sudáfrica llegan con tres victorias en otros tantos amistosos, nueve goles y un 4-2-3-1 engrasado.

Al otro lado del campo y del mundo tendrá a Australia, que le queda muy lejos al fútbol. Pero el país pone voluntad. Hoy, cinco ciudadanos de Sydney intentarán batir el récord planetario de permanencia ante la televisión pasando 86 horas interrumpidas viendo partidos de este Mundial y de otros.

El holandés Verbeek se maneja bien en este Babel, en el que 17 de sus 23 jugadores comparten la nacionalidad australiana con otra. Sólo dos socceroos actúan en la liga local y el resto se reparte por ocho campeonatos de Europa y Asia. Juntos no suenan mal. Le han ganado a Nueva Zelanda y Dinamarca camino de Sudáfrica y están recuperados sus jugadores más expertos, Neill, Cahill y Kewell. A este le detectaron una enfermedad en la sangre en 2002 que pudo matarle. Hoy promete que Australia se sentirá orgullosa de su equipo.

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