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Xabi: "El Real Madrid provoca una sensación de amor-odio"

Xabi Alonso es la portada de abril de la Revista Esquire. El futbolista, adicto a las series de televisión y a su MacBook, cuenta su trayectoria en el Liverpool, su experiencia en el Real Madrid y se prepara para el Mundial de Suráfrica con la selección española.

Hasta los 17 años, Xabi Alonso jugó en un equipo de barrio. El Antiguoko, un club juvenil de la parte vieja de Donosti, lo inició en el fútbol y no le permitió tener la carrera normal de un futbolista profesional que desde los 12 años se entrena en la cantera de un equipo de Primera División. Llegó tarde al Real Madrid pero ahora convive a diario con Kaká y Cristiano Ronaldo . "Soy consciente de que millones de personas idolatrana los futbolistas, pero acabas no pensando en ello. Te acostumbras", explica en una entrevista para la revista Esquire.

El Real Madrid ha marcado su vida. A pesar de que su padre jugó en el Barcelona en los ochentas, el club de Florentino Pérez le ha brindado sus mejores momentos desde que lo fichó tras su estancia en el Liverpool sido, sin embargo, Xabi asegura que ser de los blancos representa una contradicción en cada partido.

"El Real Madrid provoca una sensación de amor-odio bastante curiosa. Allá donde viajes, sea donde sea, siempre hay un grupo de mil o dos mil personas esperándote en la terminal o en la puerta del hotel para hacerse fotos y aplaudirte. Piensas: "¡Joder qué de madridistas hay por aquí"! Pero en cuánto empiezas a ir en el autobús hacia el campo del equipo rival, las cosas cambian radicalmente. La gente qeu ves por la ventanilla -por lo que dice y los gestos que te hace- se nota que ya no te quiere tanto... Es algo normal, casi todo el mundo le tiene ganas a los equipos grandes".

Ahora a un pie de Suráfrica, Xabi está concentrado en los entrenamientos y en el alto nivel de la selección española, que es una de las favoritas para el Mundial de 2010.

"Es en los rondos de los entrenamientos, el balón corre muy muy rápido. Cuando llega alguien nuevo al equipo, ves enseguida si va a poder estar al nivel o no. ¡Y vaya si lo están...! Hay una generación de futbolistas increíble, pero lo mejor de todo es el poco egoísmo que impera. Los egos no importan, todos tenemos demasiadas ganas de aportar, de sumar y crecer", explica el futbolista.

Su miedo: Brasil. Aunque confía en el éxito de España, el vasco preferiría evitar a Brasil hasta el último momento, ya que el equipo suramericano tiene el "éxito y la Historia de su parte".

"Tenemos que afrontar el reto de Suráfrica con los pies en el suelo: humildes como siempre hemos sido. Hay que estar tranquilos y entender que la derrota forma parte de la vida, no puedes obsesionarte. Preferiría no curzarme demasiado pronto con Brasil, un equipo al que respeto mucho. Parece que no hacen nada, pero siempre llegan muy lejos en los Mundiales; tienen además el peso de la Historia y el éxito de su parte, lo que les permite competir con mucha soltura", señala.

Xabi no permite que ser futbolista de élite afecte su vida normal y por eso ha decidido vivir en un piso en el centro de Madrid y no en un chalet a las afueras como lo hacen muchos futbolistas. Lo hacía cuando estaba en el Liverpool y lo hace ahora con el Real Madrid. "Soy completamente urbanita", se autodefine.

El futbolista no le teme a la derrota. Incluso, algunos de sus mejores momentos los ha vivido tras perder un partido, como le sucedió cuando juagaba para el Liverpool.

"Existe una conexión muy íntima entre afición y jugadores. Es un club que ha sufrido muchas tragedias y eso les ha unido mucho. Recuerdo un partido de octavos de final de la Champions -justo el año después de haber ganado la Copa de Europa-; el Benfica nos dio un repaso tremendo y nos eliminó 0-2 en nuestro campo. Cuando el árbitro pitó el final, en vez de silbarnos todo el estadio se puso en pie para cantar al unísono el You'll never walk alone. Se me puso la piel de gallina".