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AMISTOSO | FRANCIA - ESPAÑA

Henry abandona Saint Denis entre pitos

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Henry abandona Saint Denis entre pitos

El delantero del Barcelona Thierry Henry abandonó el terreno de juego de Saint Denis con una sonora pitada por parte del público asistente. Rondaba el minuto 62 de partido cuando el entrenador galo Domenech decidió hacer el primer cambio del encuentro y al quitar al jugador azulgrana por Govou la grada pagó su enfado con él.

Los gritos de "Domenech dimisión" fueron la metáfora de que el seleccionador partirá a Sudáfrica con un nulo crédito de su público, una situación de precariedad que se ha ganado a base de un juego desdibujado y de haber instalado en torno al equipo una situación frenética de nerviosismo permanente.

El equipo de Raymond Domenech prolongó la racha de mal juego que acumula en los últimos meses, los desastres de juego que han sido la constante durante la fase de clasificación y que han consumado el divorcio entre el equipo y el público.

El mayor desprecio a los suyos fueron los "olés" con los que la grada saludó el juego de España. Los franceses mostraron sus preferencias, un fútbol vistoso como el que hacen los de Vicente del Bosque y no el corsé ineficaz que propone Domenech.

El seleccionador no logra atajar los incendios que le salen en el equipo, cuando no los provoca él mismo. El último lo ha dejado prender en la banda izquierda del ataque, un puesto al que postulan el veterano Thierry Henry y el joven Franck Ribéry.

Domenech optó por el primero y condenó al segundo al exilio de la derecha, un puesto que el jugador del Bayern de Múnich detesta. El futbolista no ocultó su disgustó con gestos claros de impotencia y con incursiones en la otra banda.

Acabó desquiciado Ribéry, impotente ante un Arbeloa que soportó impertérrito sus agresiones sin que el árbitro las sancionara. Al final de la primera mitad incluso se cambió de banda saltándose a la torera el planteamiento de su seleccionador y desdibujando todavía más al equipo.

Domenech trató de poner orden mandando al banquillo a Henry, sustituido por Govou, un hombre cuyo espacio natural es la banda derecha. El jugador del Bayern ya tenía lo que reclamaba, pero Domenech apenas le dio diez minutos para disfrutar. Lo cambió por Malouda.

De nada sirvió la revolución. Francia no amenazó a España en el primer tiempo y nada cambió con los relevos. El equipo está irreconocible. Ninguno de sus jugadores se parece en la selección a lo que hacen en sus clubes. Gourcuff, que está completando una gran temporada en el Girondins de Burdeos apenas aparece en el juego. Anelka se muestra impotente en la punta del ataque, perdido en un islote de soledad.

Francia no juega a nada y el público está harto. Nadie confía en Domenech y el seleccionador puede estar condenado a ir a Sudáfrica a batirse más contra los suyos que contra los rivales. La grada no soporta más al seleccionador. Se lo vienen recordando durante la fase de clasificación para el Mundial, cuando el técnico ha escuchado abucheos y críticas y el mal juego de los "bleus" no ha ayudado a calmar las cosas.

Así consiguió la clasificación de mala manera, en la prórroga de una repesca contra Irlanda y gracias a un gol litigioso conseguido después de que Henry se ayudara con la mano. Parecía que la consecución de la clasificación iba a dar una tregua a Domenech. Pero Francia le tiene sentenciado. Espera que pase el Mundial y nadie confía en una gesta como la que hizo en Alemania, cuando contra pronóstico llevó al equipo hasta la final.

La grada no confía en él y se lo hace saber aun a sabiendas de que eso compromete más aun las opciones clasificatorias de los galos. Francia hace aguas y España no hizo más que ponerlo de manifiesto.