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Tenerife-Real Madrid | El análisis táctico del partido

Di Stéfano y Puskas brillaron en la primera visita blanca a la Isla

Ambos golearon en el 0-3 final

Alejandro Skale
Actualizado a

Eran galácticos en su época, aunque por entonces ese término no se usaba. Creaban tanta o más expectación que Cristiano Ronaldo o Kaká y ganaron muchos títulos a lo largo de su carrera. Ellos dos, un tal Ferenc Puskas y un tal Alfredo Di Stéfano, fueron los actores principales de la primera visita del Real Madrid a la Isla (0-3).

"La expectación fue máxima", recuerda José Juan Gutiérrez, quien empezaba a dar los primeros pasos en el Tenerife y fue titular y testigo aquella tarde de la clase del húngaro y el argentino. "Parecían de otra galaxia, pero eran gente muy cercana y sencilla", apuntó el que fuera delantero blanquiazul y de Las Palmas.

El encuentro correspondió a la séptima jornada de la temporada 1961-62. Era el estreno del Tenerife entre los mejores y aquel fue de los primeros encuentros importantes en el Heliodoro. Cuando se supo que el 12 de octubre de 1961 el Real Madrid llegaría a la Isla, los amantes del fútbol lo apuntaron bien grande en el calendario.

"Ese año ascendimos a Primera y prácticamente no hubo refuerzos. Además a mí, a Ñito y a Santos nos tocó volver al servicio militar y el equipo lo sintió mucho", recuerda José Juan. "Aquel Real Madrid era un equipazo, no sólo por Di Stéfano y Puskas. Tenía a Gento, Santamaría grandes jugadores a nivel mundial".

A pesar de todo eso, al conjunto blanco le costó abrir el marcador. "Es que el Tenerife ante los grandes siempre se crece", destaca orgulloso José Juan. No fue hasta el minuto 42 cuando La Saeta Rubia superó la resistencia del meta tinerfeño Ñito. Los locales no se entregaron, pero no lograron la igualdad y el Real Madrid sentenció en el tramo final con un tanto de Puskas y otro del argentino.

Ambos goleadores demostraron su calidad y fueron el deleite de los aficionados que colmaron el Heliodoro para disfrutar del encuentro. No vieron ganar a su equipo, pero presenciaron las genialidades de dos grandes: Puskas y Di Stéfano.