Equipo a coste cero igual a empeoramiento de los resultados. Ése es el resumen de la situación que atraviesa el Liverpool esta temporada y la principal razón de la eliminación de la Champions y el discreto inicio red en la Premier. Sus enemigos han querido colocar en el centro de la diana a Rafa Benítez, pero lo cierto es que el técnico madrileño ha ido obrando milagros cada temporada en vista de los datos que adjuntamos de inversión en la plantilla, pero hasta su magia tiene un límite y, tras cerrar un verano con los mismos gastos que ingresos en el balance de compra y venta de jugadores, la plantilla se ha debilitado. Sin ir más lejos, su último rival en Premier, el City, gastó en dos futbolistas (Adebayor y Tévez) lo mismo que el Liverpool en fichajes durante cinco años. Así, competir en igualdad de condiciones es una quimera.
Es cierto que el fútbol tiene un porcentaje de imponderables, como la pelota de playa en Sunderland o los dos goles del Lyon en el descuento que han sacado a los reds de la Champions, pero no es menos verdad que cuanto más dinero se invierte, más se reducen los riesgos. Pero los dueños americanos del Liverpool no han gastado nada y, por eso, la plaga de lesiones ha pasado una elevada factura. Torres, Gerrard, Mascherano, Reina, Johnson, Benayoun, Carragher no tienen un sustituto de igual nivel y eso hace que el rendimiento global baje. Y no lo tienen porque la orden que recibió Benítez este verano fue la de economizar al máximo. Y así fue.
Por eso las compras de Johnson, Aquilani y Kyrgiakos costaron lo mismo que se ingresó por la venta de Xabi Alonso, Arbeloa, Leto y Anderson. Cero inversión en el plantel y ahí están los resultados. Desde su cargo de mánager, la responsabilidad de Benítez es velar por la economía del club tanto como por sus resultados deportivos y, por eso, en sus seis campañas en el Liverpool la inversión media por año no ha superado los 15 millones.
Una limosna si observamos lo gastado por Chelsea, City o United. Por ejemplo, en la pasada campaña, los reds arrancaron con una ridícula inversión de tres millones, los que provocó el desfase de comprar y vender en unos meses a Keane. Pese a ello, terminaron segundos, con 86 puntos lo que supuso el récord de la entidad, siendo el equipo más goleador. Benítez, además, ha revalorizado la plantilla. Cuando llegó valía 87 millones de euros y ahora ronda los 440. Otro dato: Gillett y Hicks pagaron 220 millones por el club y se dice que su precio ahora está en unos 650 millones.
