Agustín Morera, ex presidente del Valencia, afirmó que se sentía "avergonzado" por la parte en la que haya podido contribuir a las "situaciones rocambolescas" que, a su juicio, ha vivido el Valencia en los últimos días y pidió "disculpas" porque su intención no fue "dañar la imagen del club".

Durante su despedida como presidente tras la reunión del consejo de administración en la que presentó su dimisión y se nombró a Vicente Soriano como sucesor, Morera admitió que su consejo ha cometido "muchos y reiterados errores", de los que ha de "aprender".

"Todo el valencianismo debe reflexionar sobre la esperpéntica situación que hemos ofrecido al mundo y eso no tiene que ocurrir. El Valencia ha de pensar que no necesita ni magos ni médicos; tenemos que ser nosotros mismos", aseguró.

"Tenemos que tener nuestra propia identidad y ser equipo respetado y temido y para eso tenemos que dejar de provocar estas situaciones rocambolescas que hemos vivido en últimos días", insistió Morera. A su juicio, el Valencia es "ingobernable" si no hay "unión" y aseguró que se trata de un club "compulsivo y complicado".

El ex presidente señaló que la situación económica del club es "complicada pero no insalvable", pero se mostró convencido de que los nuevos consejeros "pondrán las herramientas para la viabilidad del club". Morera afirmó que siempre estará "agradecido" a la afición por su respaldo "en los momentos complicados" y deseó que el club "encuentre el rumbo a partir de ahora".

Agradeció a la familia Soler y a sus compañeros de consejo "la oportunidad de ser presidente durante un tiempo" y aseguró que la entidad "siempre estará por encima" de todos los que han estado y estarán en ella.

Morera indicó que serán "el tiempo y la afición" quienes juzgarán si es correcta la decisión de Soler de vender sus acciones a Soriano, pero abogó por dar "un margen de confianza a las personas y dejar trabajar a la gente que entra para ver si tienen soluciones en la mano".

El ya ex presidente aseguró que se sentía "incapaz" de marcharse sin recordar el fallecimiento de los cuatro trabajadores que fallecieron en las obras de construcción del nuevo Mestalla.