Pablo Zabaleta está en un momento de su carrera en el que está en boca de todos. No sólo por la buena temporada que está realizando sino por su futuro. Tiene 23 años y contrato con el Espanyol hasta el 30 de junio de 2010. Con más de dos años por delante asegurados como perico, el Espanyol no quiere ni un susto con él. Se le quiere ofrecer la renovación por un mínimo de tres temporadas, deseando además que las negociaciones llegaran a buen puerto antes del final de este 2008. El padre de Pablo y Marcelo Argüello, agente del lateral, estarán en Barcelona desde el próximo día 10 para seguir de cerca las evoluciones de este final de temporada que se presume movido.

Argüello no es un agente cualquiera porque posee el 50 por ciento de los derechos del jugador. La otra mitad es de Dani Sánchez Llibre. Y el Espanyol está en medio de todo. Le quiere atar casi de por vida, o al menos hasta que alcance casi las treintena, y también quedárselo en propiedad. El presidente del Espanyol no tendría "ningún inconveniente" en llegar a un acuerdo con el club para liberarse de esos derechos que ostenta desde que fichara a Zabaleta desde San Lorenzo en verano de 2005.

Ofertas y el verano.

La directiva sabe perfectamente que hay un runrún alrededor de Zabaleta que le sitúa en la órbita de grandes clubes, como el Valencia. El Inter de Milán le prefiere para ser el sustituto de Javier Zanetti, mientras que el último rumor le colocaría en el Barcelona como recambio de Gianluca Zambrotta, que no ha cuajado pese a ser campeón del mundo. ¿Qué hay de cierto en todo eso? Son especulaciones que rodean la figura de un futbolista tan querido por la grada como deseado por los entrenadores que buscan un cumplidor para la banda y, además, con polivalencia para rendir en el centro del campo.

Su buena temporada será rematada con un verano de locos. Se concentrará con Argentina a finales de mayo y en junio, luego tendrá unas vacaciones de dos semanas como mucho, y cerrará agosto en los JJ.OO. de Pekín. Porque Alfio Basile confía en él.