Lissaveztky firmó el acuerdo junto con otros dos representantes de la Ligas profesionales, el español José Luis Astiazarán y el inglés David Richards. Antes de la rúbrica a este acuerdo el máximo responsable de política deportiva en España recalcó que "ha llegado el momento de las acciones y no sólo de las grandes palabras".
Además, en este convenio, en el que estuvieron presentes representantes de las federaciones de fútbol europeo, Lissavetzky reconoció que comparte contenidos con la ley que en España existe contra la violencia el deporte. "España tiene un trabajo organizado desde hace muchos años y se invierten 200 millones de euros en seguridad en los estadios a través de acuerdos entre la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y los clubes, gracias a las quinielas", comentó.
"España ha aprobado recientemente una ley contra la violencia en el deporte. Ahora he leído este convenio y la música es la misma que tiene la ley española, y la letra es también más o menos la misma. Estoy convencido de que el espíritu es idéntico", señaló Lissaveztky, que apuntó a los grupos ultras como los responsables de estos desagradables actos en los campos de fútbol.
"Sabemos que hay que potenciar la labor de los aficionados, pero los aficionados pacíficos. Que un padre o una madre pueda ir al fútbol con su hijo sin ningún temor y es que uno de los principales problemas reside en los grupos ultras. Se necesita que se corte la financiación y la permisibilidad. Hay que actuar radical contra los grupos ultra. Hay que ir dando pasos en esa dirección. Ningún club puede tener relaciones preferentes con estos grupos", sentenció el secretario español, que arrancó los aplausos de la audiencia extranjera, muy agradecida por su asistencia a esta firma.
El deporte, factor de integración, no de disgregación
De forma más general, Lissavetzky aportó que el deporte debe ser un factor de integración y no de disgregación. Muchas veces el fútbol se utiliza como altavoz para la sociedad, con una serie de aspectos que no compartimos los demócratas. Ahora pedimos tres cosas muy claras: Prevención, colaboración de los clubes y sanciones", dijo.
"La tolerancia o indiferencia ante cualquier violencia en el deporte es una grave amenaza. Debemos aportar ideas y medios. La responsabilidad es importante y también las obligaciones de los organizadores, espectadores, dispositivos de seguridad, las medidas de apoyo a la convivencia y el régimen sancionador. Mi más sincera enhorabuena por este acuerdo y por el trabajo realizado", concluyó Lissavetzky.
