Parece que la reacción del Sevilla en la Champions fue solo un espejismo, y esta tarde no ha sido capaz de superar a un Deportivo bastante limitado, en un encuentro que los de Juande hubieran finiquitado el año pasado sin dificultad.
Uno de los problemas de los locales fue que Kanouté no tuvo peso específico en el partido, y sin esa referencia el ataque sevillista se pierde en combinaciones estériles. Juande dio entrada a Renato y Koné en lugar de Poulsen y Luis Fabiano con respecto al partido del martes, pero en lugar de dar más velocidad al juego sevillista, estos cambios parecieron ralentizarlo.
Las internadas de Guardado por la izquierda era el único picante que le ponía el Depor al partido. Verdú tuvo la mejor ocasión de los blanquiazules en el minuto 16, con un remate al palo tras un buen centro del lateral izquierdo Filipe.
Negados de cara a gol
El Depor llevaba tres jornadas sin marcar, lo que no dice mucho en favor de sus delanteros. Es una perogrullada decir que si marcas un gol más que tu rival siempre vas a ganar, pero parece que conviene recordárselo a la delantera coruñesa. Tampoco es que los de Lotina haya encajado muchos goles, pero su falta de acierto arriba les está pasando factura.
En el último tramo de la primera mitad Kanouté tuvo en sus botas el primer gol, pero definió muy mal ante la salida de Aouate y mandó el balón a la Giralda. Casi inmediatamente el brasileño Adriano, que hoy combinó la mediapunta con la banda izquierda, se sacó un chutazo desde la frontal que puso el "uuuy" en las gradas del Pizjuán.
Juande no da con la tecla
En el tiempo de descanso Juande Ramos decidió mover el banquillo, viendo la 'caraja' que tenían sus chicos en ataque. Kerzhakov sustituyó a un Koné al que se le vio cansado. El jugador que ofrecía algo distinto al Sevilla fue Diego Capel, que entró en lugar de Adriano. Cada vez que le llegaba el balón sacaba a relucir esa chispa que diferencia a los extremos puros de los meros interiores.
Por alguna extraña razón sus compañeros solían jugar más con la banda derecha, donde Renato no rinde tanto como detrás de los delanteros, y donde Dani Alves brilló por su ausencia durante los 90 minutos.
Mientras, el Depor seguía a lo suyo, en busca del gol perdido, que si llegaba tenía que ser en una contra. Y así fue, con una carrera de Guardado, que más que un futbolista parecía Asafa Powell. Era un dos para dos que solucionó perfectamente el mexicano con un pase medido a Riki, que acababa de entrar al campo. El delantero madrileño solo tuvo que empujarla, ante la mirada de Palop.
Entonces el Sevilla se dio cuenta de que estaba a punto de doblar la rodilla por cuarta vez en Liga, y empezó el asedio a la desesperada. Kanouté tuvo el empate en dos ocasiones clarísimas, pero el delantero malí no es el mismo que el del año pasado, y su equipo lo está pagando. La nube negra no se aleja de Nervión.
