Sin embargo, el equipo balear reaccionó de una manera contundente en la reanudación, pasando por encima de un conjunto pucelano que jugó una primera parte impecable, pero que fue incapaz de hacer frente al vendaval que se le vino encima.

El conjunto vallisoletano se había plantado en el Ono Estadi con la misma disciplina y determinación que lo hizo en su campo ante el Madrid. Con un esquema muy definido y varios cambios en sus filas con respecto al último partido, los jugadores de José Luis Mendilíbar pusieron en aprietos a un Mallorca, muy espeso en determinadas fases del partido, al que le costaba hilvanar su juego.

Los goles de Ogbeche y Víctor hicieron justicia a lo que estaba ocurriendo en la primera parte, con un Valladolid dominador en todos los aspectos del juego, y un Mallorca apagado, sin chispa y cometiendo numerosos errores.

El Mallorca de Manzano depende, básicamente, de los balones que puede surtir el "Caño" Ibagaza al goleador Daniel Güiza, y del acierto de una defensa, la misma de la temporada pasada, que ya juega de memoria. Además, muchas de las opciones del equipo balear pasan por la velocidad del argentino Jonás Gutiérrez.

Todo eso desactivó durante muchos minutos el Valladolid, un equipo complicado, que sabe a lo que juega y lo hace sin complejos, de la misma forma que lo hizo la temporada pasada en Segunda. El balón y el ritmo del partido lo controlaron los castellanos, con un Borja Fernández -ex jugador del Mallorca- omnipresente, unido a la técnica de Vivar Dorado y la habilidad del uruguayo Fabián Estoyanoff, que jugó unos primeros 45 minutos impresionantes.

El Mallorca, enredado en la telaraña que montó su rival, tenía muchas dificultades para llegar con peligro hasta la portería del francés Jean Ludovic Boutelle. Es probable que en esa atonía en la que estuvo sumido el conjunto isleño durante muchas fases del partido influyeran las bajas de Ballesteros, Pereyra y Tuni, hasta ahora titulares, pero que se quedaron en la grada por decisión de Manzano, que apeló a las rotaciones para darles descanso.

El Mallorca, con Víctor Casadesús en el lugar del uruguayo Gonzalo Castro, muy desafortunado, arregló el desaguisado en los primeros cinco minutos de la reanudación, con los goles de Nunes y Arango.

La salida del equipo de Manzano en la segunda parte fue espectacular, y por primera vez, el Valladolid titubeó, sorprendido por la fuerza y determinación de los locales. Lanzado como estaba, el Mallorca siguió apretando a un rival que acusó el golpe, hasta que Víctor Casadesús culminó la remontada con el tercer gol, a seis minutos del final.

El Valladolid, que había hecho lo más difícil al marcar dos goles en la primera parte, se hundió en la segunda de forma inexplicable, y dobló la rodilla de forma definitiva con el cuarto gol el segundo de la noche del venezolano Juan Fernando Arango.