El final del partido fue de órdago, pues llegó el momentáneo 2-1 en favor milanista merced a un penalti que no pareció tal y, cuando se cantaba el triunfo milanista, llegó el segundo tanto de Van Buyten, un defensa de 29 años que hoy ha vivido su noche más dulce. Además, se rompió la racha que veía al Bayern perder siempre en sus visitas al Milan en competición europea.

Todo ello en un partido que vio durante sus primera hora a un Milan atento, mucho mejor tácticamente, y mentalmente preparado para afrontar una competición que es su "tabla de salvación" de la actual temporada; mientras que el Bayern en ese espacio pagaba una actitud demasiada cauta.

El Milan, sabedor su técnico Carlo Ancelotti que es menos fuerte físicamente que el Bayern, afrontó el partido sin querer correr riesgos: centro del campo cubierto pero con calidad y recorrido, con Alberto Gilardino como única punta y el brasileño Kaká y el holandés Clarence Seedorf como medias puntas, a la espera de sorprender con rápidas incorporaciones a la defensa rival.

Eso sí, apenas señalado el pitido inicial, salió un Milan más agresivo de lo habitual y que encerró durante los primeros minutos en propio campo a un Bayern sorprendido y desorientado. Pudo llegar inmediatamente el gol milanista, pero Seedorf no llegó por poco a un centro pasado.

Pasados los primeros agobios, poco a poco, el Bayern empezó a ajustar mejor sus posiciones y marcajes sobre el campo, entrando el partido en una fase de aparente equilibrio y en donde Kaká apenas se veía al estar muy vigilado y Gilardino estaba demasiado solo.

Sustituto de Kahn

No obstante, el Milan se mostraba más entonado y gozó en la cabeza de Massimo Ambrosini (m.15), tras saque de esquina, de una excelente ocasión para adelantarse en el marcador. Pero el meta Michael Rensing realizó una gran intervención que empezó a disipar las dudas existentes sobre si iba a estar a la altura del sancionado titular Oliver Kahn.

Rensing disiparía totalmente las dudas sobre su presencia en el minuto 36, con una aún más excelente intervención a remate de cabeza a bocajarro de Gilardino, tras centro de Massimo Oddo, en jugada al contragolpe.

El Bayern, en tanto, se mostraba demasiado precavido y evidenciaba pesarle la ausencia en centro del campo del también sancionado Mark van Bommel, pues el holandés ex barcelonista es el alma y cerebro de su equipo en esa línea.

Hargreaves corre, pero poco más, y en esa faceta le supera ampliamente el "bisonte" milanista Gennaro Gattuso; el próximo juventino Hasan Salihamidzic no incidió por banda y el esperado Bastian Schweinsteiger estuvo desentonado. Debido a esto, ni a Roy Makaay ni a Lukas Podolski les llegaron balones.

Así, lo más destacado ofensivamente del Bayern en la primera mitad fue un potente disparo de Andreas Otll (m.24), desde una treintena de metros, despejado por Dida a saque de esquina.

Renace el Milan

Los últimos diez minutos del primer tiempo volvieron a ver el renacer del Milan. Y tras el ya reseñado paradón de Rensing ante Gilardino, y mientras protestaba la no concesión de una pena máximo por derribo a Kaká, encontró el 1-0 por medio de Andrea Pirlo (m.40), de cabeza (uno de los poquísimos de su carrera de tal forma).

Pirlo batió a Rensing con un parabólico cabezazo, tan inteligente como su incorporación desde atrás que rompía el inútil intento de la defensa del Bayern de dejar en fuera de juego a sus rivales.

Se iba al descanso con un 1-0 que premiaba al que más había querido y realizado, pues además el Milan había sabido esperar pacientemente que su rival se envalentonase algo y perdiese concentración para machacarle.

Pudo aumentar el Milan su cuenta goleadora a poco de iniciare la segunda mitad, pero el colegiado ruso a instancias de su juez de línea pitó un inexistente fuera de juego a Gilardino (m.53) que se iba solo y que, al rematar, vio una tarjeta amarilla que le hará perderse la vuelta.

Y casi seguido, Kaká falló una de las ocasiones que difícilmente hierra un jugador de la gran clase del brasileño. El conjunto alemán se mostraba como un equipo muy discreto y que sufre mucho si se le juega con rapidez y buen sentido táctico; y seguía sin pisar el área rival.

Ottmar Hitzfeld, técnico alemán, intentó dar más peso ofensivo a su equipo con la entrada del peruano Claudio Pizarro por un inexistente Podolski, así como se vio obligado a quitar a su lesionado capitán Willy Sagnol.

Penalti discutible

El Bayern adelantó líneas, empujó más, pero también dejaba más espacios al contragolpe milanista, ya con Filippo Inzaghi sobre el campo en lugar de Gilardino. Pero el Milan, quizás por cansancio, cedió excesivo terreno a un Bayern crecido y que empezó a colgar balones sobre el área milanista. Uno de ellos permitió a Van Buyten recoger un balón suelto y, ante una media salida de Dida, estableció el 1-1 (m.78).

El Milan, muy justito de fuerzas, acusó notablemente el mazazo. Pero cuando peor estaba, y más el Bayern dominaba, el colegiado Bakakov se sacó de la mano una pena máxima, por supuesto derribo de Lucio sobre Kaká (m.83), que no lo fue. Kaká no falló y estableció un 2-1 (m.84) que se presentaba como definitivo. Pero, tras un carrusel de cambios, el Bayern siguió con fe y puso en evidencia el nerviosismo que esta temporada acompaña al Milan en defensa anotando Van Buyten un 2-2 que vale oro.

Ahora, en Múnich el Milan se ve obligado a ganar, pero esta noche ha quedado moralmente muy tocado. Lo contrario que el Bayern.