El Real Madrid goleó al aficionado ATV Irdning (2-10), en un día de fiesta para la localidad austríaca, que sirvió para que el italiano Antonio Cassano y el brasileño Julio Baptista ganen confianza tras marcar 4 y 3 goles respectivamente ante la mirada de Fabio Capello, que sacó conclusiones de los más jóvenes.

El cuerpo técnico madridista está volcado con la recuperación de Cassano para el fútbol. Los últimos segundos antes de saltar al campo, el delantero italiano recibía mensajes para comenzar a mostrar su nueva cara.

Con menos peso y más participativo, fue el protagonista de un partido típico de pretemporada con una diferencia de nivel abismal entre los dos conjuntos.

Era difícil la motivación para un jugador del Real Madrid ante un equipo aficionado que costaría ubicar en una categoría inferior del fútbol español.

Irdning se volcó en un día que transformó en festivo, en el que un grupo de trabajadores cumplió el sueño de medirse al conjunto madridista.

Desde el primer segundo quedó patente la diferencia de ritmo, la distancia entre los conceptos tácticos de los dos equipos y la carga de trabajo que acumulan en las piernas los madridistas, fue un impedimento para evitar la goleada.

La primera mitad concluía con 1-7. Cassano participativo en todas las acciones de peligro, asistiendo goles a Portillo, para abrir el marcador, y a Baptista, que prolongó su racha goleadora con tres tantos en 20 minutos.

Aunque el gol más celebrado, y uno de los más bellos, era el que marcaba Canek, Soldado de profesión, que ponía el 1-2, con un lanzamiento de falta a la escuadra imparable para Diego López.

Bajaba el ritmo en la segunda mitad, cuando Capello ponía en juego a los canteranos para sacar conclusiones. Jurado y Balboa brillaron, colaborando en el recital goleador de Cassano.

Portillo erraba numerosas ocasiones y Mejía se veía de nuevo desplazado de su posición, para jugar en el lateral izquierdo. Capello le ha dicho que cuenta con él, pero tanto en entrenamientos como en partidos amistosos, nunca juega en su posición en el centro de la defensa y comienza a hacer mella en él la desconfianza.