Iker Casillas, guardameta del Real Madrid, deseó que la Liga de Campeones depare una final española entre Villarreal y Barcelona, en la que admitió que animaría al conjunto castellonense, pero afirmó que la semifinal del conjunto culé ante el Milán "es una final anticipada".

Iker Casillas compartió protagonismo con el brasileño Ronaldinho en un acto de Hyundai, que presentó tres anuncios grabados por los dos jugadores de Real Madrid y Barcelona, con vistas al próximo Mundial de Alemania.

El guardameta internacional español confesó que ayer miércoles se fue a hacer unas compras para evitar ver al Barcelona, aunque caballerosamente felicitó a la estrella brasileña.

"Soy madridista y le he dado la enhorabuena, aunque le he regañado porque falló el penalti ayer, y a mi el fin de semana me lo cambió en el disparo. Recuerdo que cuando grabamos el anuncio le pregunté y me dijo que si me movía me lo cambiaba y si no, buscaría el ángulo cruzado", bromeó.

"No vi el partido porque me duele verlo, pero sé que sufrieron un poco. Tuvo alguna ocasión el Benfica y Samuel sentenció. El Barcelona tiene un equipazo en todos los sentidos como viví ''in situ'' el pasado fin de semana. Ante el Milán es una final anticipada, una eliminatoria excepcional de la que puede salir el campeón de Europa", agregó.

Mérito amarillo

No obstante, Casillas no se olvidó del Villarreal, al que deseó los mejores éxitos en el que ya es un histórico año en la máxima competición del fútbol europeo.

Al analizar la situación en la Liga española, a once puntos el Real Madrid del Barcelona, Casillas cree que es mejor asegurar el segundo puesto y meter presión al líder por si se despista con la Liga de Campeones.

"Matemáticamente el Barcelona no ha ganado la Liga, aunque tienen una distancia considerable. Nuestro pensamiento pasa por asegurar el segundo puesto, luego si ganamos y ellos pinchan, bienvenido sea luchar por la Liga", dijo.

Por último, sobre el Mundial no renunció al máximo, aunque recordó que a España la esperan difíciles enfrentamientos. "Tenemos cruces complicados. En octavos de final nos puede tocar Francia y en cuartos Brasil, la actual campeona del mundo. Pero son siete partidos para llegar a la final y se premia la regularidad", concluyó.