Mereció mucho más

Liga de Campeones | Glasgow Rangers 2 - Villarreal 2

Mereció mucho más

Mereció mucho más

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El árbitro anuló dos goles a Gonzalo y Forlán, el del uruguayo, completamente legal. Manuel Pellegrini, se sentó finalmente en el banquillo de Ibrox Park

Atronador y espectacular ambiente en Ibrox Park. Los "Gers", los protestantes de Glasgow, recibían al Villarreal, equipo hermanado con su eterno rival, los católicos del Celtic, y cincuenta mil gargantas no se lo iban a perdonar.

Se esperaba, se intuía una salida en tromba del cuadro local, como manda la tradición futbolística británica. Pero no fue así. Y eso que lo intentó el cuadro escocés, pero el despliegue resultó tan alocado que el temido arranque quedó rápidamente diluido entre el vaho y la neblina de Glasgow.

Rápido se aclaró el panorama. No había duda. El Villarreal era superior, táctica y técnicamente. El Glasgow Rangers sólo parecía tener la voluntad de buscar la victoria; los de Pellegrini tenían la capacidad para encontrarla. Y a los siete minutos, Prso, el croata que en teoría representaba uno de los grandes peligros de los Rangers, sacó una mano incomprensible en área propia y Riquelme, más pancho que un monje budista, no falló desde los once metros.

Impotentes, inferiores, los escoceses intentaron regresar al partido colgando balones sobre el área de Viera y algún que otro disparo lejano. Mientras, el Villarreal, al son de Riquelme, controlaba el partido sin problemas y hasta le anularon dos goles, a Gonzalo y a Forlán, el de éste último, legal a todas luces.

No parecía que pudiese peligrar el resultado, pero en una jugada en la que ni siquiera existía la sospecha de que algo pudiera ocurrir, zapatazo de Lovenkrands desde la media luna del área; precioso tanto del danés, que equilibraba sorprendentemente el choque. Menos mal que Forlán no tardó en recomponer el marcador con un gol que hacía justicia al mejor juego castellonense.

Mereció más el Villarreal, con Riquelme por encima del resto

El Glasgow Rangers, un equipo que todo lo que tiene de simple lo tiene de valiente, salió a por todas tras el descanso con mucha casta y puso en algunos apuros a la defensa amarilla con tiros lejanos y llegadas desbocadas desde la segunda línea. Nada preocupante, la verdad.

Y Riquelme, como si nada, tan tranquilo en el centro, buscando los desmarques, con el tiralíneas cargado,lanzando con maestría el contragolpe amarillo; una vez a Forlán, otra a Senna, de nuevo a Forlán. Se barruntaba el tercero del Villarreal, a pesar de los arreones de los escoceses, pero no llegó, y mira que rondó el gol por la portería de Waterreus.

Lástima el postrero gol en propia meta de Peña, un precioso aunque lamentable taconazo a la escuadra que resta posibilidades, pero que, a buen seguro, no hará peligrar la clasificación para cuartos. El submarino amarillo mereció más y, hoy por hoy, es un conjunto muy superior al escocés.