Vicente Grande Garau es un empresario "hecho a sí mismo", una persona hábil para los negocios y trabajador incansable. Hizo carrera en el terreno inmobiliario tras haberse iniciado como gerente de una empresa. Llano, directo y sin rodeos, se expresa de forma taxativa, lo que a veces puede parecer cortante, pero trata de expresar sus ideas con rapidez y mira a los ojos de su interlocutor cuando habla. Tiene el carisma de la persona cercana al pueblo y su perfil es opuesto al de Mateo Alemany, menos técnico y más popular.Todo el mundo destaca, sin embargo, su gran capacidad de aprendizaje, a pesar de ser nuevo en la gestión deportiva, pues llegó hace dos años a esto del fútbol. Es uno de los mecenas deportivos más importantes de la Isla, pues hace casi una década que comenzó a apoyar al Inca de baloncesto, que ascendió hasta la Liga LEB, pero su patrocinio no se quedó ah ha apoyado a deportistas individuales, como el ciclista Miquel Alzamora, y también al equipo de voleibol de Algaida, que está en Liga FEV. Su entrada en el Real Mallorca se produjo hace dos años, y fue uno de los empresarios que hicieron posible el regreso de la propiedad económica del club a la Isla con la compra a la familia Asensio.Este año adquirió un nuevo paquete de acciones y fue nombrado vicepresidente. Ahora ha hecho lo propio controlando hasta casi un 75 por ciento de las acciones del club bermellón entre compra y sindicación, y desde ayer es el nuevo presidente del Mallorca, el relevo de un Alemany que siempre apostó por él como sucesor. El pasado viernes dijo en estas mismas páginas: "Tengo claro, si algún día soy presidente, cómo y de qué manera será", y ésta era siendo el propietario, lo que ha conseguido. En lo dos últimos desplazamientos del equipo viajó como un aficionado más y se sentó en la grada.