Yo, Claudio

Yo, Claudio

El gallo Claudio, el de los gritos a los jugadores teledirigidos a los micrófonos de los medios de comunicación, ya no es entrenador del Valencia. Reacciona el club de Mestalla antes de que el daño sea mayor, en una temporada negra tras el éxtasis del doblete (Liga y UEFA) con un técnico de oficio como Rafa Benítez.

Ya tomó esa medida en su momento el Atlético, aunque tan tarde que no pudo evitar el descenso a Segunda División. Eso sí. Y da rabia. Ranieri, entre tanto, será 1.000 millones de las antiguas pesetas más rico. Porca miseria.

Ranieri, que llevó al Chelsea con un fútbol similar de mísero al que practicó en el Valencia hasta las semifinales de la pasada Champions, no ha triunfado en su retorno a la ciudad del Turia. Segundas partes nunca fueron buenas (Van Gaal, Camacho o Antic, por citar a tres grandes). Pero hay algunos casos, como el de este preparador engreído y futbolísticamente tosco, llamados al desastre.

El problema para el Valencia, aparte del económico, es que ha dejado una plantilla a su medida, a la medida de casi nada al final. Con Moretti, Fiore, Di Vaio y Corradi la limpia empezará en verano, el plan 'renove'. Pero, hasta entonces, lo mejor que ha hecho el club valenciano es encomendarse a un técnico tremendamente valioso como desconocido: Antonio López.

Fue aquél ayudante de Xabier Azkargorta que llevó a Bolivia a medirse con España en el Mundial 94. Y el ayudante de Rafa Benítez. Ahí empezó el problema. En no haberle mostrado jamás cariño a Benítez, que con dos Ligas puso el listón por las nubes. Eso y el importante cisco que hay organziado alrededor de una entidad que ha cambiado de presidente cuatro veces últimamente (Paco Roig, Pedro Cortés, Jaume Ortí y Juan Soler).