El colegiado sueco Anders Frisk, que arbitró el Barcelona-Chelsea del pasado miércoles, niega que hubiera incidentes en el descanso y asegura que el técnico del equipo español, Frank Rijkaard, se acercó a él sólo para saludarle.

"Me pidió disculpas por no saludarme antes, eso fue todo; también Mouriño me vino a hablar al principio del encuentro. Si a uno lo educan a la manera sueca de cultivar las relaciones, es costumbre saludar a quien te extiende la mano.

Lo hice sin pensar en que podía emitir una señal equivocada", dijo hoy Frisk a "Aftonbladet".

Frisk considera que "no es raro" que se hable del partido, si bien cree que el origen del problema está en las declaraciones hechas por los entrenadores antes del inicio de la eliminatoria.

El internacional sueco ironiza en sus declaraciones a este diario sobre todo lo que se ha escrito y señala que "es fantástico, es casi como estar en un 'reality show'".

En cuanto a su actuación, la califica de "buena" y cree que, al margen de la expulsión de Drogba (Chelsea), "pasamos inadvertidos", una opinión que, según él, se ve reforzada por las felicitaciones que recibió de los jugadores de ambos equipos al final del choque.