Durante los últimos años hay un tópico que persigue sin descanso a la Segunda División: "La igualdad entre los equipos la convierte en imprevisible". Una temporada más la tradición continúa, eso sí, con algunos detalles que llaman la atención. Y es que, sucesos aparte, también se puede hablar de fútbol tras la primera vuelta. Empezando por la explosión goleadora en las primeras jornadas de un desconocido como Aduriz , ver lo bien que le ha sentado al Cádiz el regreso de Espárrago, o los problemas que está teniendo el Celta para cogerle el aire a

la categoría. En esto merece capítulo aparte la situación de Fernando Vázquez, cuestionado desde la pretemporada. Si hablamos de entrenadores no podemos dejar de lado la labor de Uribe en el Elche. Tras ascender al Getafe ha puesto al conjunto ilicitano en el buen camino dejando atrás varios años de incertidumbre en los que el sueño del ascenso nunca estuvo a su alcance. El fenómeno Piterman en el Alavés se ha asumido con normalidad, y a ello ha contribuido la fenomenal trayectoria del campeón de invierno.

E n el plano más negativo está la situación de los dos equipos murcianos. Ambos tendrán que cambiar muchas cosas en esta segunda vuelta si no quieren ir de la mano hacia Segunda B. Y luego hay situaciones que no son nuevas, pero que no dejan de sorprender, como la excelente campaña del modesto Éibar, que fue líder durante un mes, o la asiduidad y facilidad con la que el Córdoba se transforma de arriba a abajo. Cualquier entrenador o jugador

en paro debería enviar su currículum al club andaluz, ya que más tarde o más temprano siempre acaba fichando futbolistas a discreción.