Vaya la que le formó Luis en el entrenamiento. Bailaron pegados.

Sí, casi bailamos pegados (risas).

¿Mucha bronca?.

No, no. Todo me lo ha dicho de cachondeo, para pasarlo bien, pero por nada importante.

¿Por qué cree que ha sido?

Pues es que tenemos una jornada larga todo el equipo (Reyes lo decía por lo ocurrido ayer en la Selección: hubo entrenamiento, viaje a Santander y encuentro con los niños) y seguro que lo ha dicho para relajar un poco la grupo.

Un poco sí se ha encarado con usted. Ha sonado como el mírame a los ojitos de Romario, y aquello no fue nada amistoso.

No ha sido nada serio, nada duro. Eso está claro. Cuando Luis tiene que ser duro, ya sabemos como es, y cuando está de broma, pues también. Todos le conocemos. Y éste no ha sido el caso.

¿A quién se refería con lo de negro? ¿A algún defensa de Bélgica?

No era por ningún defensa de Bélgica, además, no sé si los defensas belgas son blancos o negros.

¿Henry, entonces?

(Risas) Son cosas del equipo que deben quedar en los entrenamientos. Luis y yo sabemos a quien se refiere y ahí se queda. Pero él estaba chillando de cachondeo.

Quizá fuera Henry, entonces. ¿Qué le parece el francés?

Ahí están sus números; es uno de los mejores delanteros del mundo, si no el mejor. Ha marcado este año siete goles y es la gran estrella de mi equipo.

¿Y Vieira?

Pues renovó con el Arsenal y parece que se va a quedar muchos años con nosotros. Y lo agradecemos. Es un gran jugador para nuestro centro del campo, muy necesario.