Pese a la distancia, Pedro Villarroel estuvo muy pendiente del estreno del equipo en Primera División. Aunque estaba de crucero por los fiordos noruegos, estuvo en contacto telefónico con la expedición desplazada a San Sebastián antes, durante y después del partido. Una de las personas con las que se comunicó en las horas previas al duelo fue con el capitán, al que envió un mensaje en el que le deseaba suerte a él y a todo el grupo, además de mostrarle su convencimiento de que no iban a salir derrotados del feudo vasco. No sólo eso, fiel a su estilo, Villarroel quiso sumar un aliciente más al debut del Levante y, por ese motivo, le ofreció al plantel una prima de 30.000 euros por ganar en Anoeta. Al final, y pese a adelantarse en el marcador gracias al gol de Harte, la entidad se ahorró el dinero, pese a que el presidente azulgrana estaba convencido de que los suyos iban a dar la campanada en su estreno y se iban a llevar los tres puntos.