El fútbol es un deporte que lo inventaron los ingleses y en el que siempre vence Alemania". Si aplicamos la célebre frase de Lineker a la categorías inferiores, el que gana casi siempre es España. La Selección de Ufarte arrancó en el Europeo dándose el gustazo de bailar y golear a una selección alemana con pocos mimbres para solucionar la crisis de sus superiores.

España ofreció una lección de autoridad, ambición y calidad. A esto los franceses lo llaman savoir faire. Con una defensa inexpugnable, un doble pivote táctico y efectivo y un Juanfran que rompe las zagas como un estilete, los de Ufarte fueron desgastando en la primera parte a su rival para aniquilarlo en la segunda. Los españoles salieron fuertes y se plantaron hasta en tres ocasiones solos delante del Adler, pero los remates de Joan Tomás y Silva fueron indolentes. En el único susto alemán, un remate que rebotó en Alexis, Ribas hizo la parada del choque.

En la reanudación, España rompió el partido a balón parado, clásica medicina germana. Víctor cabeceó el centro de Silva y a partir de ahí la superioridad nacional fue abrumadora. Ufarte acertó con las sustituciones y la conexión Gavilán-Soldado redondeó una goleada que impone respeto.

España metió un pie en semifinales y, visto su poderío, ya hay una nueva final a la vista...

El detalle: Gómez, de padre español, no brilló

El alemán Mario Gómez, de padre español, no pudo brillar. El punta, que ya ha jugado en la Champions, reconoce que "en la absoluta prefiero que España gane a Alemania".