El entrenador del Manchester United, Alex Ferguson, reconoció hoy haber lanzado una bota durante una discusión en el vestuario que dio en un ojo a David Beckham, pero intentó restar importancia al acto calificándolo de "producto de la ofuscación".

"Estas cosas pasan en un vestuario. Es uno de esas cosas inesperadas que ocurren, pero ya está pasado", declaró Ferguson a una cadena británica.

El zapatillazo a Beckham, que le causó un profundo corte bajo el ojo izquierdo que necesitó dos puntos de sutura, ocurrió el sábado pasado después del partido de Copa en el que el Manchester fue derrotado por el Arsenal y eliminado del torneo.

En la posterior conversación en el vestuario, el técnico, furioso por la derrota, dio una patada a una bota y ésta golpeó la cara del capitán del Inglaterra, que estaba sentado a pocos metros.

"Es algo anómalo, nunca volverá a pasar", aseguró Ferguson al canal Granada.

Beckham y Victoria, enfadados

Beckham y su esposa, Victoria Adams, se mostraron muy enfadados tras el incidente y en seguida abandonaron con su hijo Brooklyn el club de Old Trafford.

Ayer lunes, cuando se dirigía al entrenamiento, el centrocampista no hizo ningún comentario sobre el enfrentamiento con el entrenador, pero tampoco intentó ocultar su cara magullada, que hoy aparece en la portada de la mayoría de periódicos del Reino Unido.

Aunque nadie cree que Alex Ferguson quisiera herir a Beckham, el entrenador escocés es conocido por lanzar objetos en el vestuario si sus jugadores no cumplen satisfactoriamente.