El Atlético se gana la eliminación

Copa del Rey | Atlético 0 - Recreativo 0

El Atlético se gana la eliminación

El Atlético se gana la eliminación

El Atlético ha sido incapaz de marcar un gol al Recreativo, colista de Primera División, en 180 minutos. La consecuencia no podía ser otra que la elminación. El conjunto onubense ya está en semifinales de Copa.

El Recreativo ve a sus rivales de Primera División desde lo más profundo de la clasificación, pero en la Copa ya está en semifinales. Tiene que agradecérselo al Atlético, que si en la ida jugó de forma lamentable, en la vuelta ha hecho un ejercicio de impotencia y ha demostrado todas sus carencias, que son muchas y cada vez se le ven más. En el año de su centenario, el Atlético tampoco ganará la Copa.

Encuentros como éste, que son un verdadero suplicio para quien los sigue con cierta imparcialidad, hacen inevitable el debate de si la Copa debe disputarse a partido único o no. Los que defienden la doble eliminatoria por la tradición de esta competición y por la emoción de los choques de vuelta deberían recapacitar después de presenciar el Atlético-Recreativo. Se vio un estadio casi vacío y un fútbol deplorable, dignos ingredientes del más indigno de los bolos veraniegos. Y eso que en juego estaba la clasificación para las semifinales de la Copa.

El Recre se presentó en Madrid con un gol de ventaja y un sola intención: encerrarse atrás, buscar el contragolpe y no dejar jugar al Atlético. Cuando se juntan un equipo que no quiere jugar y otro que no sabe salen "espectáculos" como el sufrido en el Vicente Calderón. Un año atrás a nadie le hubiera extrañado presenciar este encuentro. Pero en Segunda, donde estaban estos dos clubes hace nueve meses.

Falta de ideas

El Atlético se tomó el partido con cierto interés en su inicio, pero las ideas le duraron poco, si es que alguna vez las ha tenido este equipo. Actuaciones como las protagonizadas en la primera parte ante la Real Sociedad no son más que un espejismo. Alucinaciones en un conjunto que no juega a nada y en el que sus supuestas estrellas apenas aparecen.

Albertini se ganó el corazón de los rojiblancos con su gol en el Santiago Bernabéu, pero poco más ha hecho durante la temporada; Contra parece más preocupado por discutir con los rivales que por subir por la banda derecha; José Mari pone voluntad, pero lo normal es que sus centros se estrellen contra el cuerpo de los rivales o terminen fuera del campo; Emerson se dejó la precisión en el pase en La Coruña y de Fernando Torres no hay noticias desde el espectacular gol que le marcó al Deportivo. Fracasó en el Bernabéu, apenas hizo nada frente a la Real y fue incapaz de superar a los defensas del Recreativo, el colista de Primera.

El Atlético es un conjunto con poca calidad, que se mueve por espasmos, que necesita con urgencia un marcapasos que regule su ritmo cardíaco y que pierde por momentos las constantes vitales y sólo las recupera a gritos. Ya sean del entrenador, Luis Aragonés, del presidente, Jesús Gil, o de la afición. Mal asunto cuando la solución a los problemas de un equipo hay que buscarla en la intimidación que ejercen los jefes.