El AEK rescata al Madrid

Liga de Campeones | Genk 1 - Real Madrid 1

El AEK rescata al Madrid

El AEK rescata al Madrid

El Real Madrid ha cumplido su objetivo de ser primero de grupo, pero lo ha hecho de una forma indigna y gracias al AEK de Atenas, no por los méritos exhibidos en el campo del Genk.

El Real Madrid, vigente campeón de Europa y favorito para ganar la Champions, al menos en septiembre, cada vez mete menos miedo y si continúa así, la mayoría de los equipos terminarán perdiéndole el respeto.

Se presentó en Bélgica, con la suficiencia que le da su historia y el aura que rodea a sus multimillonarias estrellas, con la única obligación de ganar al Genk, un equipo que parece más una banda de amigos que se juntan entre semana para jugar la Liga de Campeones, pero ni de eso fue capaz.

Pareció no tomarse en serio el encuentro ni respetar al rival, algo impropio de un club como el Madrid, y terminó jugándose el primer puesto del grupo a la ruleta rusa, con la pistola en manos del Genk y del AEK, que rescató a los madridistas del segundo puesto gracias a su empate ante la Roma en el Olímpico.

Pocos jugadores aparentaban tener ganas de jugar con intensidad y, curiosamente, la mayoría eran los habituales suplentes. Gente como Tote, Miñambres, Guti o César, que falló en el gol, pero salvó tres o cuatro cantados.

Esto plantea otra discusión. Alinear a los suplentes, o no habituales que dicen algunos, en este tipo de partidos está bien, por aquello de premiar el trabajo en los entrenamientos y hacer que se sientan importantes en el equipo. Pero el problema surge para el entrenador cuando algunos de los suplentes lo hacen mejor que los titulares y la gente se pregunta, ¿y éste por qué no juega más?

Tote

Este es el caso de Tote, que en los tres partidos oficiales que ha jugado esta temporada ha marcado seis goles. Nadie en su sano juicio puede discutir la calidad de Ronaldo, al que el paso del tiempo terminará devolviendo a la elite del fútbol, pero tampoco nadie en sus cabales puede negar que Tote merece más minutos de los que disfruta. O Guti, que cuando estaba en su mejor momento fue condenado al banquillo sin merecerlo. Algo parecido se podría decir de Miñambres, aunque en este caso la titularidad de Míchel Salgado parece hoy por hoy indiscutible.

Esto es lo que ha dejado el Madrid en su viaje a Bélgica, actuaciones individuales, porque sensación de equipo, la verdad, hace tiempo que no da.