El presidente de la FIFA, el suizo Joseph S. Blatter, en un informe de 29 páginas, se defiende de los ataques lanzados por el Secretario General de dicho organismo Michel Zen-Ruffinen, y con el mismo pretende presentar los hechos y las cifra verídicas, para que el mundo del fútbol, los miembros de la FIFA y los medios de comunicación, puedan sacar sus conclusiones independiente.
En una de las imputaciones da la razón al Secretario General "y sus "aliados políticos" al manifestar que en varias ocasiones tuvo que cumplir con su responsabilidad como presidente de la FIFA, siempre en interés del fútbol y de las asociaciones.
"He cumplido con el encargo del Comité Ejecutivo y concluido la bancarrota de ISL/ISMM con las menores pérdidas posibles, siempre en beneficio de la Federación Internacional. En pocos días edifiqué nuestra propia compañía de mercadotecnia, garantizando así la celebración de las competiciones FIFA, así como nuevos ingresos".
"Tras la rescisión de los seguros de la Copa del Mundo, y en muy breve plazo, logré firmar un nuevo contrato asegurador. Y logré también salvar los derechos de la FIFA de la insolvencia del grupo Kirch, poseedora de los derechos de transmisión de los mundiales de éste año y del 2006. Todo esto pude hacerlo con la ayuda de muchos compañeros y colegas, pero sin la asistencia del Secretario General"
A vueltas con los coches
En su defensa Blatter alega que Zen-Ruffinen demuestra que en algunos casos no conoce o no comprende las conexiones e interrelaciones, especialmente de índole económica: "Continuamente he tenido que corregir sus cifras, sus hechos y, consecuentemente, sus erróneas conclusiones. Ante estos hechos no pueden tomarse en serio sus acusaciones finales de que la FIFS tiene unas perdidas de cerca de 800 millones de francos suizos (550 millones de euros o 500 millones de dólares).
El presidente de la FIFA justifica todos los pagos realizados a diversos estamentos como la Concacaf, Copa Confederaciones, así como a otras personas, manifestando que en el caso del árbitro africano Lucien Bouchardeau le entregó un cheque de 25.000 dólares (27.165 euros), indicándole que los fondos provenían de su cuenta privada y no de la FIFA, para que "pudiera vivir tranquilamente durante algún tiempo y ayudarle a comenzar una nueva vida en Francia, como es su intención".
Blatter también señala que el propio Zen-Ruffinen, ha sido quién había incumplido lo establecido en el plan de vehículos que él mismo había diseñado, al haber recibido su secretaria un Mercedes con accesorios especiales; su asistente (como único beneficiario de un Mercedes entre los empleados) se benefició de una mejora al pasar de un coche de la clase C a uno de la serie E y a partir del pasado mes de abril disponer de un segundo Mercedes (C32 AMG).
Cifras inexactas y equivocadas
El propio Secretario General, hasta el pasado abril, dispuso de tres coches, un Mercedes clase S con chófer, un Audi A8 y un Mercedes C 32 AMG, siendo el único en FIFS que disponía de tres vehículos para su uso particular. Poco antes de presentar sus alegaciones contra el Presidente de FIFA, Zen-Ruffinen prescindió de uno de sus vehículos.
Por último tras explicar todos los pasos dados para la puesta en marcha de FIFA Marketing SA, tras la quiebra de ISL, concluye el informe de Blatter manifestando el que el mismo demuestra que las alegaciones del Secretario General de la FIFA se basan en cifras inexactas y equivocadas , así como en una evaluación equivocada de la situación general del mercado y de las obligaciones y tareas de de FIFA Marketing, por lo que, por consiguiente, se deben rechazar en su integridad las declaraciones de Zen-Ruffinen.
