Se veía venir. Miguel García, presidente del Hospitalet, compareció ayer ante los medios y disipó cualquier tipo de duda: su equipo no jugará esta noche en el Mini Estadi. "Bajo ningún concepto saldremos de nuestro territorio para disputar el partido". Tan sólo un indulto de Augusto César Lendoiro podría haber solucionado esta situación y, por ello, García le envió una carta apelando a la "reflexión y coherencia" del presidente gallego.
Pero no llegó ni una ni otra cosa. Poco después de la conferencia de prensa del club catalán, Lendoiro respondió y lo hizo como todos se esperaban: con una negativa a jugar en el Municipal de LHospitalet, amparándose en la resolución de la federación española. Las palabras de García pidiendo a su homólogo del Depor que acompañase a los suyos "en esta noche mágica" se quedaron, pues, en el limbo. "Sólo hemos cometido el pecado de, entre comillas, tener un campo de césped artificial. Pero si no lo tuviéramos, condenaríamos a nuestros niños a no poder jugar a lo que más le gusta: el fútbol. La hierba natural no aguantaría a 400 chavales del fútbol base", justificó en tono conciliador.
