El Valencia C.F. eSports, uno de los primeros clubes deportivos españoles en dar el salto a los deportes electrónicos, anunciaba la semana pasada la creación de su Talent Factory de League of Legends. Con este proyecto vuelve a un título en el que dejaron la competición hace seis meses con la mira puesta en la formación de jugadores, con una metodología similar a la que siguen en la cantera del equipo de fútbol.

La utilización de esa metodología es una de las circunstancias que ha hecho que esta nueva cantera sí tenga ese sobrenombre y no lo tenga la de Clash Royale, por ejemplo. José de Matías, director de la sección de ambos títulos en el club valenciano, nos cuenta que, mientras Hearthstone o Clash Royale son deportes electrónicos «de tipo mental, que destacan principalmente por la agilidad mental; League of Legends sí que es un esport en el que prima más la precisión, por lo que la filosofía deportiva que buscamos es más aplicable».

Amplio proceso de selección

Para empezar, abrieron un proceso de solicitud a través de sus redes sociales donde cualquiera que lo desease podía aspirar a ser seleccionado como jugador, entrenador o analista. El éxito fue rotundo y, en poco más de 24 horas, recibieron casi 740 solicitudes, la mayoría destinadas a ser jugador. Entre ellas hubo un importante porcentaje que venían de aficionados locales, siendo en torno a una tercera parte de la provincia de Valencia y un 40% de la Comunidad.

Solo diez jugadores han pasado a formar parte del equipo, todos ellos menores de 24 años y con una división mínima de Diamante 3. El equipo es, además, mixto, ya que una de las tres únicas chicas que mandaron solicitud para jugar en la nueva cantera del Valencia C.F. eSports fue elegida. Ningún jugador tiene bagaje competitivo previo a primer nivel, uno de los preceptos de la cantera y que se replica en el caso de analistas y entrenadores. Estos últimos, sin embargo, están bajo la tutela de un jefe de analistas experimentado y del propio De Matías.

Durante el año que, como mínimo, durará el paso de estos jugadores por la Talent Factory, trabajarán con ellos la disciplina, el cuidado de la imagen pública —especialmente en redes sociales— y entrenarán, por supuesto, aspectos relacionados con el macrogame. Consideran que es una oportunidad única, ya que, a diferencia de las canteras en los deportes tradicionales —donde se paga por jugar—, ofrecen esta formación de forma gratuita y les dan tanto la equipación del Valencia CF como todos los medios que necesiten para competir, incluyendo los gastos de desplazamientos en torneos presenciales.

En su día a día, quieren que los jugadores den especial importancia a los estudios, por lo que pretenden mantener un contacto cercano para los padres para que les confirmen que se están esforzando. «Les pedimos a los jugadores que estén pendientes de los entrenamientos pero que no dejen de lado sus estudios porque están en el Valencia, porque si no está fuera de la cantera. Si tienen un examen al día siguiente eso es lo primero», sentencia De Matías.

Además, para seguir formando parte de la cantera no solo tendrán que mantener un ritmo académico aceptable, sino que tendrán que ceñirse al régimen de conducta interno y cualquier salida de tiesto podría suponer la expulsión inmediata de un jugador.

Generar jugadores profesionales

El objetivo, según nos apunta De Matías, es claro: que, en un plazo de un año, al menos uno de los diez jugadores esté ganando dinero por jugar en un equipo profesional o semiprofesional. «El Valencia, que tiene experiencia en gestión deportiva, ha comprendido la importancia de no ejercer presión en los resultados de la Talent Factory. Se nota que trabajan con canteras y nos dijeron que no pasaba absolutamente nada si los resultados no acompañaban. Ni siquiera por quedar últimos», asegura.

Las vías de salida son diversas y, aunque siempre está la opción de las ligas regionales europeas o regiones como Rusia, José de Matías hace especial hincapié en la oportunidad de Latinoamérica. Las dos ligas de esta región, que dan acceso al mundial, tienen una gran demanda de jugadores que hablen español y los salarios son superiores a la media de los españoles, por lo que considera que, hoy por hoy, es la mejor opción laboral para los jugadores nacionales.

Fue el caso de, por ejemplo, César ‘Fénec’ Bautista, un jugador valenciano que debutó profesionalmente en el Valencia y que, desde diciembre de 2016, está en la Liga Latinoamérica Norte compitiendo, primero con Predators y ahora con Dash9. «Nos gustaría generar más Fénecs», resume.

Formación frente a incertidumbre

Entre los motivos que han llevado a una entidad como el Valencia a apostar por un modelo exclusivamente —por el momento— de cantera destaca especialmente la inestabilidad de la escena europea de League of Legends. Qué deparará el futuro próximo al viejo continente es todavía una incógnita, tanto a nivel de la élite —donde se ha rumoreado tanto un modelo de franquicias como la división regional de la competición—, como a nivel de ligas nacionales. Por ello, consideran que hacer una gran inversión es arriesgado y no se plantean hacerla a corto plazo.

Por la misma cautela, tampoco se plantean hacer actividades más ambiciosas de carácter formativo. Hacer un campus para captar nuevo talento similar al que hacen en fútbol es algo que han tenido sobre la mesa, pero no creen que hasta 2020 sea algo realizable. El principal motivo es, según nos cuentan, la falta de seguridad sobre su aceptación ya que supone una gran inversión en términos de material. No obstante, sí creen que es algo que terminará pasando porque hay mucho jugador con gran potencial pero que no está en las divisiones altas porque no juega clasificatorias.