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Colombia

La otra herencia de Pablo Escobar: sus hipopótamos son una plaga en Colombia y planean matarlos

El narco tuvo cuatro hipopótamos en su hacienda Nápoles. Ahora se calcula que son la colonia más numerosa fuera de África, y los científicos están debatiendo si deben matarlos.

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La otra herencia de Pablo Escobar: sus hipopótamos son una plaga en Colombia y planean matarlos

La figura de Pablo Escobar es una de las más controvertidas de la historia reciente. La serie de Netflix devolvió a la actualidad sus crímenes pero también la fuerza de su figura. Su muerte dejó muchos cabos sueltos y obligó a reorganizarse a los cárteles de la droga, pero además, dejó un legado que ahora en Colombia sigue dando mucho que hablar.

Hace un tiempo hablamos ya de la problemática de los hipopótamos que Escobar tenía en su rancho Nápoles. Eran apenas 4, pero han procreado tanto que ahora los científicos están debatiendo si deberían matarlos por los daños que están causando a la fauna colombiana como especie invasora que son en el país.

Cuando Escobar murió en 1993 y su imperio se disolvió, las autoridades colombianas confiscaron gran parte de sus propiedades, pero los hipopótamos siguieron vagando por las marismas de Colombia.

Aunque son originarios de África, los hipopótamos se han instalado en la cuenca colombiana del río Magdalena. En los últimos años, los conservacionistas están cada vez más preocupados por las implicaciones ecológicas de la presencia de los hipopótamos, y algunos afirman que la especie se ha convertido en un "megavertebrado invasor" en Sudamérica. En un nuevo estudio publicado en la revista Biological Conservation, un equipo de científicos ha evaluado el riesgo de esta especie invasora y ha propuesto algunas ideas sobre cómo hacer frente a estos animales.

De 4 hipopótamos a cerca de 80. Podrían ser más de 1.000 en dos décadas

La población de hipopótamos introducidos ha pasado de 35 individuos en 2012 a entre 60 y 80 en 2020, todos ellos relacionados con el cuarteto original importado por Escobar. Según el nuevo estudio, la población ha crecido a un ritmo anual del 14,5% y podría alcanzar una población de 1.418 ejemplares en 2039.

Los investigadores señalan que estas criaturas gigantescas pueden tener un efecto dramático en los cursos de agua de un ecosistema. Los hipopótamos defecan y orinan principalmente en el agua de los ríos, lo que puede aumentar considerablemente la concentración de fosfatos y nitrógeno en el agua. A su vez, esto puede tener un profundo efecto en la vida microbiana de los ríos, favoreciendo el crecimiento de cianobacterias potencialmente tóxicas.

Además de este riesgo ecológico, los hipopótamos también suponen un riesgo para las comunidades locales. Puede que tengan una imagen adorable, pero los hipopótamos son criaturas extremadamente agresivas y se consideran uno de los animales más mortíferos de África. Aunque la magnitud del problema no está clara, los investigadores afirman que ha habido un puñado de informes, anécdotas y vídeos que detallan ataques de hipopótamos a seres humanos en Colombia.

Sostienen que todos estos problemas se agravarán en los próximos años, teniendo en cuenta la rapidez con que crece la población de hipopótamos. Para solucionar el problema, sugieren que se aplique una estrategia de gestión que contemple la "extracción" de 30 hipopótamos al año, con vistas a la erradicación de la población en 2033.

Esto es básicamente una forma educada de decir que hay que matar a los hipopótamos hasta erradicar la población de Sudamérica. Aunque los investigadores son conscientes de que se trata de una idea controvertida, sostienen que otros intentos de gestionar la población de hipopótamos, como la esterilización, han fracasado.

"Es necesario aplicar rápidamente estrategias para controlar los efectos de expansión de esta especie introducida. Nuestras proyecciones indican que el único curso de acción que probablemente podría conducir a la extirpación de esta especie exótica es implementar una extracción de alto nivel mediante el sacrificio", concluye el estudio.