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La maldición de Pompeya: por qué muchos turistas devuelven restos que han robado allí

Las oficinas de Turismo de la ciudad italiana arrasada por el Vesubio hace 2.000 años reciben cada día cartas de turistas que habían robado piedras y artefactos de las ruinas asegurando que, desde que lo hicieron, "una maldición les persigue".

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La maldición de Pompeya: por qué muchos turistas devuelven restos que han robado allí
EFE

Todo aquel que ha visitado Pompeya puede decir que es un lugar impresionante. El Vesubio arrasó la ciudad y la cercana Herculano en el 79 d.C. dejando intacto multitud de hogares, edificios públicos y también los cuerpos de personas que no pudieron escapar de la rápida expansión de la erupción.

El lugar por todo ello, además de asombrar, causa cierto respeto. Incluso las personas más racionales que saben que las maldiciones no son algo creíble podrían pensárselo dos veces antes de hacer algo poco ético allí, incluyendo robar algún resto de ánfora, piedra o artfactor que pensemos que puede ser "un gran recuerdo".

Pero no es así para muchos turistas, aparentemente. A lo largo de los años, cientos de objetos han sido retirados de la antigua ciudad, considerada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, para después ser devueltos en un ataque de conciencia años después, o porque los ladrones se creyeron malditos por los objetos, normalmente devueltos con cartas de disculpa. Tantas que Pompeya tiene una exposición permanente de estos objetos y el remordimiento que los acompaña.

Un ladrón devolvió una estatuilla que habían tomado de una domus pompeyana, explicando en una carta que había desatado un "mal de ojo en la familia". La estatua, eso sí, era una réplica, el ladrón no lo sabía.

Otro de estos casos lo protagonizó reciente una tal Nicole de Canadá, que según el periódico italiano Il Messagero también envió una carta. Ella había robado trozos de mosaicos, de mármol y parte de un ánfora de Pompeya en 2005, cuando tenía 21 años de edad, queriendo tener un recuerdo único que "nadie más podría tener".

Se las llevó a su casa en Canadá, donde los acontecimientos de la "maldición" comenzaron a desarrollarse, según ella.

"Tomé un pedazo de historia que se ha cristalizado con el tiempo y que tiene mucha energía negativa. La gente ha muerto de una manera tan horrible y he tomado pedazos relacionados con esa tierra maldita", escribió en su carta.

"Desde entonces, la mala suerte ha unido a mi familia. Tengo 36 años y he tenido cáncer de mama dos veces, la última vez acabó en una doble mastectomía. Mi familia y yo también tuvimos problemas financieros. Somos buenas personas y no quiero pasar esta maldición a mi familia o a mis hijos."

Nicole prometió en la carta que un día volvería a Italia para disculparse en persona, pero que los devolvía ahora con la esperanza de que "se fuera la maldición que ha caído sobre mí y mi familia".

El suyo no fue el único paquete de 'recuerdos' robados que regresó a Pompeya en las últimas semanas. Un paquete firmado de "Alastain y Kimberly" contenía piedras y la nota "Devuelvo estas piedras que mi esposa y yo tomamos mientras visitábamos Pompeya y el Vesubio en 2005".

"Las tomamos sin pensar en el dolor y el sufrimiento que estas pobres almas sintieron durante la erupción del Vesubio y la terrible muerte que tuvieron. Lo sentimos y por favor perdónenos por haber hecho esta terrible elección. Que sus almas descansen en paz", continuaban.