El sábado pasado los habitantes de Nueva Zelanda se quedaron impactados cuando, durante un partido de críquet, una "bola de fuego" apareció misteriosamente en el cielo e hizo a muchos pensar que se trataba de un meteorito. Sin embargo, Rusia acaba de confirmar que era un satélite meteorológico que se quemó al entrar en La Tierra, según informa The Guardian. 

Durante un partido de críquet entre Nueva Zelanda y Sri Lanka en Mount Maunganui, las cámaras de televisión dieron protagonismo al satélite que se avecinaba a nuestro planeta. El comentarista del partido se atrevió a decir que era una lluvia de meteoritos. Pero no acertó.

Las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia han confirmado que la entrada del satélite había estado bajo control todo el tiempo: "El satélite se quemó completamente en la densa atmósfera encima del Océano Atlántico a una altura de unos 100 kilómetros".