Emmet, un niño de seis años, tenía claro lo que quería: una bicicleta nueva. Sin embargo, su padre no quería concedérsela tan fácil, así que le dio una lección sobre el dinero y la responsabilidad y le dijo que tendría que ganarse la bici con su propio dinero. ¿Qué hizo Emmett entonces? Montar su propio negocio.

"Cogió algunos juguetes viejos y peluches y los puso a la venta", contó su padre a Bored Panda. El niño consiguió ganar 70 dólares en un día, lo suficiente para comprarse una bicicleta. Sin embargo, el negocio que había montado le cambió la idea: en lugar de una bicicleta, quería empezar su propio negocio vendiendo helados.

Con la condición de que vendiera los helados una hora cada sábado como mínimo, los padres aceptaron a ayudarle, y desde entonces cada fin de semana venden helados de hielo de tres sabores. Según su padre, el niño se las arregla muy bien para reponer los productos y pagar impuestos. Además, el pequeño ya tiene un plan en el que gastar el dinero: pagarse la universidad cuando crezca.

"Nos gustaría que nuestro hijo siga sus sueños en el futuro", contó el padre. "Nuestro único objetivo para él es que crezca siendo una buena persona y que contribuya a la sociedad".