La guerra ha superado ya los 100 días y lejos de vislumbrar el final, los analistas y expertos apuntan a que ésta se alargará en el tiempo, asegurando que puede ser una guerra de desgaste. Además, el conflicto se focaliza en Ucrania, pero varios actores internacionales apuntan “nuevos conflictos” y severas consecuencias que dejará la ofensiva que inició en febrero Rusia en suelo ucranio.

Es el caso de Italia, que a través de su ministro de Exteriores, Luigi di Maio, ha advertido de que “la guerra mundial del pan ya ha comenzado”. La razón no es otra que el bloqueo de cereales en Ucrania, que provoca que muchos países vulnerables tengan acceso al grano.

"Organizaciones terroristas, golpes de Estado..."

En este sentido, Italia avisa de que esto puede conllevar que “estallen nuevos conflictos en África”. “La guerra del plan mundial ya está en marcha y debemos detenerla. Nos arriesgamos a la inestabilidad política en África, a la proliferación de organizaciones terroristas, a los golpes de Estado: esto lo puede producir la crisis de los cereales que estamos viviendo”, ha señalado Di Maio.

Hay que recordar que antes de la guerra Ucrania era uno de los principales exportadores mundiales de cereales y fertilizantes agrícolas, unos productos fundamentales para la seguridad alimentaria en Oriente Medio o el norte de África. Sin embargo, la guerra ha cambiado el paisaje e incluso el presidente ruso Vladimir Putin ha pedido “llegar a un acuerdo sobre el grano lo antes posible”.

30 millones de toneladas de trigo, bloqueados en Ucrania

Italia ha cuantificado cuántas toneladas de grano hay bloqueadas en Ucrania. Según Di Maio, hay unos 30 millones de toneladas, quien ha confirmado que se trabaja con Rusia para desbloquear la exportación de trigo. De no hacerlo, según el país transalpino, hay “riesgo de que estallen nuevas guerras en África”.

Hace unos días, el primer ministro de Italia, Mario Draghi, habló por teléfono con Putin para solicitarle el desbloque de la exportación de grano desde los puertos del Mar Negro y del Mar de Azov, en los territorios invadidos por tropas rusas. La condición de Putin fue muy clara: Occidente deberá levantar las sanciones a su país y así se podría volver a exportar cereal.