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Un fragmento de un meteorito cae en Sierra Morena

La bola de fuego entró en la atmósfera a una velocidad de unos 48.000 kilómetros por hora y pudo observarse desde 500 kilómetros de distancia.

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Un meteorito cae en Sierra Morena.

Sierra Morena vivió este sábado una situación poco común en nuestro país. Un meteorito, procedente de un asteroide, ha caído en la cordillera de la provincia de Ciudad Real, tal y como ha informado el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo). Según el comunicado publicado por el complejo, la caída se registró a las 22:27 hora local, tras observarse una impresionante bola de fuego que atravesó el cielo nocturno de la provincia manchega.

La bola de fuego atravesó un largo recorrido y llegó a lucir tanto como la Luna llena, por lo que pudo ser visto desde gran parte del territorio español. Sobre todo, fue avistado por testigos de las zonas del centro y sur peninsular, que comenzaron a hacerse eco de este acontecimiento a través de las redes sociales.

Además, los detectores de la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (Red SWEMN) situados en el Complejo Astronómico toledano captaron la caída del meteorito. Estos detectores están centrados en el proyecto SMART, coordinado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía y que monitoriza constantemente el cielo para que quede registrado el impacto de rocas procedentes del espacio contra la atmósfera.

Se vio desde 500 kilómetros de distancia

Los detectores de este centro no fueron los únicos en grabar el momento, sino que también pudo ser captado por los instalados en observatorios de Almería, Granada, Huelva, Madrid, Sevilla y Sierra Nevada. Tras ser analizada por José María Madiedo, responsable del proyecto SMART, se ha descubierto que el meteorito entró en la atmósfera terrestre a una velocidad de 48.000 kilómetros por hora.

La roca llegó a la Tierra procedente de un asteroide, denominado "meteoroide", cuya trayectoria se cruza con la órbita terrestre. Al entrar a una velocidad tan alta, la roca se volvió incandescente; es decir, se convirtió en una bola de fuego a unos 86 kilómetros de altitud sobre la aldea de Ventillas, situada en el suroeste de la provincia de Ciudad Real, y recorrió unos 23 kilómetros sobre Sierra Morena. En total, la roca viajó una distancia de 63 kilómetros y pudo verse desde más de 500 kilómetros de distancia.