CORONAVIRUS

España, muy cerca de "tocar la mortalidad cero" por coronavirus

Àlex Arenas, experto en datos, calcula que podríamos no tener muertos por COVID-19 en junio, fecha en la que también podrían desaparecer las mascarillas en exteriores.

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España, muy cerca de "tocar la mortalidad cero" por coronavirus
EFE

Desde que comenzó en diciembre, España ha ido aumentando su ritmo de vacunación y ha llegado a administrar más de 500.000 dosis diarias, según informó el Ministerio de Sanidad el pasado viernes. Así, a falta de actualizar los datos del fin de semana, hasta ese día, 4.689.766 personas habían completado la pauta, lo que supone un 9,9% de la población española. Por su parte, 11.763.360 ciudadanos, el 24,8%, habían recibido al menos una dosis.

Además, el grupo de personas mayores de 60 años, que acumula el 95% de las muertes causadas por COVID-19, pronto estará protegido. De momento, el 72% ha recibido al menos la primera inyección y el 27,8% está inmunizado. Esto hace que los expertos se muestren muy optimistas de cara al futuro. Àlex Arenas, doctor en Física y experto en análisis de datos, calcula en El País que “con el ritmo actual de vacunación, la letalidad se va a ir reduciendo en un 30% como mínimo en las próximas dos semanas. Y en junio, si no nos entran variantes que escapen a la inmunidad, podríamos tocar la mortalidad cero”.

De hecho, los efectos de la vacunación ya han podido observarse en la sociedad, pues los contagios en residencias han disminuido considerablemente y, cuando se han producido, los ancianos vacunados apenas han sufrido síntomas o requerido hospitalización. También en otros países se ha podido demostrar la eficacia de las vacunas. Los resultados preliminares de un estudio realizado en Escocia y publicado en The Lancet han que revelado que el fármaco de Pfizer protege un 91% ante las hospitalizaciones y el de AstraZeneca un 88%.

La mascarilla en exteriores podría desaparecer pronto

De seguir en estas condiciones, y aunque todavía queda mucho para alcanzar el 70% de inmunización, Arenas estima que las mascarillas en espacios abiertos “podrían desaparecer” en junio. Cabe recordar que Israel, cuando administró la pauta completa al 56% de su población, retiró la obligatoriedad de llevar mascarilla en la calle.

De hecho, varios expertos han cuestionado ya su utilidad en exteriores cuando no hay una gran cantidad de gente. El propio Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), afirmó hace un mes que es “de sentido común” eliminarlas al aire libre. También el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) ha planteado flexibilizar algunas medidas en reuniones de personas que ya hayan recibido la pauta completa: “Cuando las personas completamente vacunadas se encuentran con otras personas completamente vacunadas (riesgo muy bajo/bajo), el distanciamiento físico y el uso de máscaras faciales se pueden relajar”.

En cambio, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, advirtió en marzo en una entrevista con El País que la mascarilla “ha llegado para quedarse” durante mucho tiempo. “No sé si hasta el verano o no, pero sí creo que el uso de la mascarilla vamos a tener que mantenerlo, porque hasta que no tengamos a toda la población vacunada, tendremos que seguir con la cultura del cuidado”, aseguró.

Otras medidas que podrían flexibilizarse a corto plazo

La mayoría de expertos consultados por El País coincide en que las medidas que primero podrán relajarse son las relacionadas con actividades al aire libre, pero siempre que la incidencia acumulada a 14 días esté por debajo de los 50 casos por 100.000 habitantes, según afirman el epidemiólogo Javier del Águila y Rafael M. Ortí Lucas, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva. “Si en junio ha bajado la incidencia en las zonas que ahora están peor, que no es descartable, y las nuevas variantes no nos dan problemas inesperados, podrá ser buen momento para volver a algunas actividades que por el momento están muy restringidas”, señala Ortí.

Mucho más optimista se muestra Fernando Rodríguez-Artalejo, catedrático de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, quien considera que, llevando cuidado, ya podrían celebrarse ciertos eventos: “Los espectáculos deportivos y conciertos al aire libre se deberían poder hacer ya en ciertas condiciones, siempre con reducción de aforo, mascarillas y mucha renovación del aire, o al aire libre”. También propone realizar test de antígenos a quienes acudan a un evento que no permita respetar la distancia de seguridad: “Ya lo vimos en Barcelona con el concierto de Love of Lesbian, que parece que salió bien”.

En el lado opuesto se encuentra el epidemiólogo Daniel López Acuña, quien advirtió recientemente que “mientras el porcentaje de personas inmunizadas sea bajo y la incidencia alta, cualquier incremento en la movilidad e interacción social va a generarnos repuntes y una mayor incidencia”. En este sentido, confesó que los datos actuales “preocupan mucho” porque son peores que cuando se realizó la primera desescalada: “Cuando se desescaló el verano pasado teníamos una incidencia casi 20 veces menor. Entonces, entrar en un periodo sin un marco adecuado para establecer restricciones, limitar la movilidad y la interacción social es dinamita pura, un peligro. Nos jugamos, entre otras cosas, el riesgo de que no podamos tener un verano razonable y un post verano manejable”.