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La habilidad de los jóvenes T-Rex para asumir el rol de otras especies

Algunos ejemplares de ‘megaterópodos’ modificaban sus hábitos de caza de tal modo que dejaban fuera a otros competidores de tamaño similar al suyo.

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La habilidad de los jóvenes T-Rex para asumir el rol de otras especies
Universidad de Nuevo México

Los enormes dinosaurios carnívoros, como los tiranosaurios, alosaurios, y daspletosaurios, que dominaron numerosos hábitats durante el Mesozoico, pudieron haber transformado fundamentalmente sus comunidades al competir con especies rivales más pequeñas, provocando un enorme vacío en la diversidad ecológica. Un equipo de paleoecólogos de la Universidad de Nuevo México y de la Universidad de Nebraska-Lincoln ha sido el primero en examinar la diversidad de dinosaurios a escala comunitaria mientras trata a los juveniles como su propia entidad ecológica.

“Las comunidades de dinosaurios eran como centros comerciales un sábado por la tarde, repletas de adolescentes. Constituían una parte significativa de los individuos de una especie y habrían tenido un impacto muy real en los recursos disponibles en las comunidades”, explica en un comunicado Kat Schroeder, una estudiante de posgrado en el Departamento de Biología de la UNM que dirigió el estudio, publicado este viernes en la revista Science.

“Queríamos probar la idea de que los dinosaurios podrían estar asumiendo el papel de múltiples especies a medida que crecían, limitando el número de especies reales que podrían coexistir en una comunidad”, señala Schroeder. La cantidad de diferentes tipos de dinosaurios conocidos en todo el mundo es escasa, particularmente entre las especies pequeñas. “Los dinosaurios tenían una diversidad sorprendentemente baja. Incluso teniendo en cuenta los sesgos de fosilización, realmente no había tantas especies de dinosaurios”, recuerda Felisa Smith, profesora de Biología en la UNM y asesora de postgrado de Schroeder.

Una característica llamada ‘morfoespecie’

Los dinosaurios como el T. Rex, conocidos como ‘megaterópodos’ nacían pequeños, con el tamaño de un gato doméstico, pero en su plenitud podían pesar entre una y ocho toneladas. Esto significa que, a medida que crecían hasta alcanzar el tamaño de un autobús urbano modificaban sus hábitos de caza de tal modo que ocupaban diversos nichos en la cadena alimenticia, dejando fuera a otros competidores de tamaño similar al suyo, indican los expertos. Los autores del trabajo describieron esta característica como ‘morfoespecie’, un término que puede aplicarse cuando, por ejemplo, el T. Rex juvenil asume el rol de otro carnívoro de menor tamaño, aunque sin pertenecer a esa otra especie.

Esto explicaría el extraño patrón que encontraron los investigadores después de recopilar datos de localidades fósiles conocidas de todo el mundo, incluidas más de 550 especies de dinosaurios: “Hay una brecha: muy pocos dinosaurios carnívoros entre 100 y 1.000 kg existen en comunidades que tienen megatheropodos. Y los juveniles de esos megaheropodos encajan perfectamente en ese espacio”, apunta Schroeder. En cambio, sí abundaban los restos óseos de dinosaurios pequeños de hasta 60 kilos.

Schroeder también señala que observar la diversidad de dinosaurios a través del tiempo fue clave. Las comunidades del Jurásico (hace 200-145 millones de años) tenían brechas más pequeñas y las comunidades del Cretácico (hace 145-65 millones de años) tenían grandes: “Los megateropodos jurásicos no cambian tanto, los adolescentes son más como los adultos, lo que deja más espacio en la comunidad para múltiples familias de megatheropodos, así como para algunos carnívoros más pequeños. El Cretácico, por otro lado, está completamente dominado por Tiranosaurios y Abelisaurios, que cambian mucho a medida que crecen”.

El estudio permite conocer cómo crecen los dinosaurios

Schroeder explica que esta investigación es importante porque aclara, aunque sea parcialmente, por qué la diversidad de dinosaurios fue menor de lo esperado en base a otros grupos fósiles. También explica el motivo por el que hay muchas más especies de dinosaurios muy grandes que pequeñas, lo que es lo contrario de lo que cabría esperar. Pero lo más importante, añadió, demuestra los resultados del crecimiento desde bebés muy pequeños hasta adultos muy grandes en un ecosistema.

“Hay mucho que ganar aplicando los métodos de la paleoecología moderna a los dinosaurios. Afortunadamente, ahora estamos en una era de investigación de dinosaurios en la que hay mucha información disponible digitalmente, por lo que las preguntas de ecología intensivas en big data ahora son más plausibles para la paleontología de los dinosaurios”, concluye.