Una boda clandestina celebrada a principios del mes de noviembre congregó a más de 7.000 personas en la ciudad de Nueva York (Estados Unidos). Los asistentes, judíos pertenecientes a la corriente de Satmar, incumplían las normativas sanitarias impuestas por las autoridades con motivo de la pandemia.

En el evento, que no había sido descubierto hasta esta semana gracias a la aparición de vídeos en redes sociales, era la boda de Joel Tietelbaum, nieto del Gran Rabino Aaron Teitelbaum, jefe de la comunidad Satmar en Nueva York. En los vídeos se puede ver cómo los miles de asistentes saltan y cantan sin mascarilla, sin respetar las distancias de seguridad ni las restricciones en los aforos en la sinagoga Satmar Kiryas Joel en Brooklyn.

La normativa vigente establece que los lugares de culto solo pueden llenar un 50% de su capacidad máxima, además de la obligatoriedad de respetar los dos metros de distancia entre asistentes y portar mascarilla. Según The Jerusalem Post, el salón donde se celebró el evento estaba en el máximo de su capacidad, ya que tiene un aforo de 7.000 personas.

Invitaciones de boca a oreja

Los organizadores del evento trataron de ser cuidadosos con la información que se desprendía sobre un acto que incumplía las medidas sanitarias estatales. Un artículo en el medio judío Der Blatt, publicado después de la boda, recogía cómo habían conseguido burlar a las fuerzas de seguridad estatales y locales.

The New York Post tradujo el texto publicado en Der Blatt descubriendo que las invitaciones para el casamiento se utilizaron boca a boca para evitar levantar sospechas. No se utilizaron invitaciones escritas, avisos de periódicos o carteles ante el temor de que ocurriese como con otro casamiento en la comunidad judío ortodoxa, que fue suspendido por las autoridades al conocer que pretendían reunir a más de 10.000 invitados.