CORONAVIRUS

Se desploman los contagios en los países europeos con confinamientos y cierres

Tras el gran impacto de la segunda ola, países como Francia, Países Bajos, Bélgica y República Checa tuvieron que recurrir a medidas muy restrictivas.

Hace casi dos semanas, a finales de octubre y comienzos de noviembre, en Europa creció tanto la preocupación por la evolución tan negativa de la curva de contagios por coronavirus que tuvieron que apostar por medidas duras y drásticas con el objetivo de detener la segunda ola. Medidas como el confinamiento domiciliario (sin llegar a ser como el de marzo) o el cierre perimetral fueron las decisiones a tomar por unos pocos países, en concreto Francia, Países Bajos y República Checa, a los que se unió después Bélgica.

Otros países del continente europeo se negaron, o al menos intentaron hacerlo de manera menos agresiva o en zonas localizadas, como es el caso de España. Sin embargo, estos cuatro casos tuvieron una explosión de casos a principios del mes, con una incidencia muy elevada, y ello les llevó a aplicar las medidas mencionadas. Y a la vista de los datos de Johns Hopkins, se puede comprobar que han resultado efectivas.

Es cierto que países como Alemania, Inglaterra, Austria o Polonia han tomado grandes restricciones posteriormente, y por eso de momento no se refleja el impacto de las mismas en la evolución de la curva. Sin embargo, en el caso de Portugal, Italia o España, las medidas han sido más específicas como el toque de queda, limitaciones de aforo, o restricciones a los comercios y la hostelería, así como confinamientos muy concretos.

Los datos de contagios avalan las restricciones duras

Para poder traducir las medidas en el efecto real, la mejor forma de hacerlo es con los datos, como por ejemplo los publicados por Johns Hopkins, recogidos por eldiario.es. Partiendo de mediados del mes de octubre (cuando llegaron al pico y se tomaron las medidas) hasta ahora, Bélgica ha pasado de más de 15.000 casos diarios a cerca de 5.000, Países Bajos de cerca de 10.000 a algo más de 5.000, República Checa de mucho más de 10.000 a algo más de 5.000 y Francia, que rebasaba con creces los 40.000 casos diarios, ya está cerca de los 20.000.

No obstante, las incidencias en las últimas dos semanas aún se mantienen muy elevadas, ya que República Checa presenta unas 1.070 infecciones por cada 100.000 habitantes, Francia unas 798, Bélgica tiene 781, y Países Bajos 493.

En contraposición a esto, en los últimos 14 días se observa una subida del 8% de los casos en Alemania, del 11% en Reino Unido, del 24% en Rusia, del 26% en Polonia, del 30% en Italia, del 64% en Portugal, o hasta del 124% en Suecia.

La mortalidad aún no nota el impacto de las medidas

Aunque se están logrando grandes pasos para reducir los contagios en los países mencionados, los datos de mortalidad siguen siendo preocupantes porque no disminuyen notablemente. Eso sí, al menos se ha conseguido que se hayan estabilizado.

Con la misma medida que para los contagios, el caso de Francia, por ejemplo, es bastante significativo, ya que en abril llegó a tener 1.000 muertes diarias y ya está por algo más de 500 fallecidos al día, con un promedio de 69 personas muertas por coronavirus por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas. En Países Bajos y en República Checa tienen 50 y 60 respectivamente de promedio, y en Bélgica, que se unió más tarde, aún sigue al alza con 126 fallecidos por cada 100.000 habitantes.

Por otro lado, en el resto de países, de mayor a menor, se pueden observar grandes subidas en las últimas dos semanas, como la del 300% en Suecia, la del 158% en Austria, la del 152% en Italia, la del 146% en Alemania, la del 117% en Suiza o la del 109% en Portugal. España, por ejemplo, ha experimentado una subida del 56%.