CORONAVIRUS

¿Por qué las mascarillas quirúrgicas no son efectivas en espacios cerrados?

Se ha insistido mucho en su uso pero, ahora, expertos advierten en que su efectividad no sería suficiente ante la presencia de aerosoles en espacios cerrados.

¿Por qué las mascarillas quirúrgicas no son efectivas en espacios cerrados?
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Desde que su uso comenzó a ser obligatorio hace unos cuantos meses, nos hemos acostumbrado a vivir con la mascarilla para salir a la calle. Se ha hablado mucho de los tipos de mascarillas que existen, de su eficacia y el uso correcto de las mismas y, después de insistir en que las quirúrgicas eran una de las mejores opciones para combatir la pandemia, expertos informan que no serían ya las más aptas para los espacios cerrados.

Pese a ser la principal opción en los centros sanitarios y tener una alta efectividad, las mascarillas quirúrgicas no serían lo suficientemente buenas para evitar los contagios en espacios cerrados y con poca ventilación. Y es que, desde el inicio de la pandemia del coronavirus, se ha advertido mucho sobre el uso correcto de estas mascarillas, ajustándolas lo mejor posible para no dejar escapar las partículas de virus o bacterias que podamos expulsar.

Importancia de ajustarse bien la mascarilla

Aunque este tipo de mascarillas cubra perfectamente la nariz y la boca, los espacios que se dejan abiertos a los laterales podrían hacer que la exposición al virus sea mayor. Este tipo de ‘cubrebocas’ protege al usuario que la lleva puesta de ser salpicado, pero sobre todo de salpicar a otras personas que pueda tener delante. Su duración es de 4 horas y mucha gente tarda más que ese período de tiempo en cambiarlas para ahorrar costos. Son, por lo que podemos decir, una primera barrera para combatir el coronavirus, pero no del todo suficiente en espacios cerrados.

Y es que, en el momento en que tosemos, estornudamos o incluso hablamos, estas pequeñas gotitas que todos expulsamos -los ya muy conocidos aerosoles- pueden salir por los laterales de estas mascarillas quirúrgicas y quedarse en el aire dentro den un espacio cerrado que no tiene una correcta ventilación. Lo que, inevitablemente, puede hacer que otras personas se contagien. Por ello, desde hace meses se insiste en la ventilación de estos espacios, tan necesario como seguir lavándonos las manos, respetar la distancia de seguridad o no tocarnos la cara -algo que, ya de por sí, se evita en gran medida con el uso de la mascarilla-.

¿Qué mascarillas serán más efectivas en espacios cerrados?

Pese a no ser las que más efectividad tienen en un espacio cerrado, las mascarillas quirúrgicas siguen siendo aptas en lugares abiertos o bien ventilados, donde los aerosoles no se quedan en el aire, se dispersan y no son potencialmente peligrosos.

Pero, si queremos extremar más la exposición al virus en espacios cerrados, las mascarillas que más se recomiendan son las mascarillas EPI, equipos de protección individual, es decir, aquellas que sí crean una barrera en el usuario ante la exposición a los virus o aerosoles. Existe una gran variedad de estas mascarillas entre las que rescatan las FFP1, FFP2 y FFP3, aquellas que filtran el aire inhalado y evitan las entrada de partículas que puedan ser contaminantes para el usuario.