CORONAVIRUS

El oxígeno de alto flujo, arma para evitar la intubación de los pacientes por COVID-19

Esta nueva técnica de oxigenación ya se ha usado el 89 pacientes y ha evitado 38 intubaciones y estancias en cuidados intensivos.

El oxígeno de alto flujo, arma para evitar la intubación de los pacientes por COVID-19
MARKO DJURICA REUTERS

En marzo era todo un desconocido, pero a lo largo de casi ocho meses cada vez son más cosas las que sabemos del coronavirus. Los miles de estudios e investigaciones que se han hecho desde marzo no ha ayudado a convivir con la COVID-19 en plena pandemia. Aunque la segunda ola y, sobre todo, los contagios sigan al alza en nuestro país, lo cierto es que los avances en tecnología y técnicas han ayudado mucho a combatir el virus en los diferentes centros sanitarios y hospitales de toda Europa.

Prueba de ello es el Hospital Miguel Servet de Zaragoza que, desde la pasada primavera con la primera ola de la pandemia, ha implantado una alternativa para tratar la insuficiente respiratoria aguda que presentan los pacientes más graves de coronavirus. Se trata de la oxigenoterapia de alto flujo que ya han utilizado con 89 enfermos. Con ello, se han evitado hasta 38 intubaciones y estancias de tres semanas y media en cuidados intensivos.

Andrés Carrillo, jefe del servicio de Medicina Intensiva del Miguel Servet, explicó al medio Heraldo que esta alternativa “permite proporcionar oxígeno a elevadas concentraciones aplicando alto flujo y humidificación. Nosotros habitualmente respiramos oxígeno al 21% de concentración, con un grado de humedad que depende del entorno donde estemos. Con este tipo de máquina aportamos un nivel de oxigenación que puede llegar hasta casi el 100%, y va con algo de agua”. Además, permite “evitar ingresos en intensivos e intubaciones, que es lo más importante” y una mayor comodidad para el paciente.

“El dispositivo es muy sencillo de manejar, y el beneficio para el paciente es máximo en comparación con otras tecnologías”, añade, aunque no se aplica a todos los pacientes, sino aquellos que presenten “un nivel de insuficiencia respiratoria tal que las medidas habituales ya no les proporcionan la cantidad de oxígeno que necesita su organismo”.

La presión hospitalaria sigue creciendo

Con esta nueva técnica, el Hospital Miguel Servet ha podido establecer una estabilidad entre las plantas de hospitalización y la UCI del centro, que tiene una ocupación elevada desde verano. “Recibimos una presión asistencial porque se está incrementando número de ingresos en planta”, explica Carrillo, especialmente en estas últimas semanas con el aumento de casos en la segunda ola de la pandemia en España.

Incluso el hospital abrió el pasado mes de septiembre una unidad de ‘intermedios’. Un espacio en el que se podía seguir la evolución de los pacientes que necesitan menos cuidados, aunque ya se ha convertido en una UCI para pacientes no COVID-19. “La apertura de esos recursos no es sencillo, y el principal problema es de personal”, añade el jefe de servicio de Medicina Intensiva.