CORONAVIRUS

El CSIC estudia una crema con yema de huevo como antídoto contra la COVID

Un equipo del CSIC trabaja en una novedosa solución para combatir el coronavirus. "Al usarlos en la cavidad oral, darían una protección al impedir que el virus se adhiera a las células".

El CSIC estudia una crema con yema de huevo como antídoto contra la COVID
Pixabay

A la espera de la llegada de una vacuna que neutralice por completo al coronavirus, se trabaja también en otro medicamentos que puedan tratar de aliviar los síntomas y prevenir los contagios. En esta última línea de trabajo se ha centrado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CISC), que prueba con una pomada, de ingestión oral, a base de yema de huevo con anticuerpos contra la COVID19 cuando no se lleve la mascarilla.

El estudio, todavía en una fase muy temprana, ha superado varios test de eficacia y confirma que los anticuerpos permanecen en la boca durante dos horas. El equipo de trabajo está liderado por José Manuel Pérez de Alastra, científico del CSIC en el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología de Tenerife. El encargado de dar forma a la idea ha sido el cocinero Diego Schattenhofer, del restaurante 1973 Taste en Arona, y ha sido presentado en la edición de este año del San Sebastián Gastronómika, centrado en la pandemia.

"Cuando la gallina es inmunizada, concentra los anticuerpos en la yema del huevo, un alimento que al ser natural se puede administrar por la vía oral, porque estos anticuerpos no pasan a la sangre", ha asegurado Pérez de Alastra, cuyo equipo lleva años trabajando con anticuerpos desarrollados en estos animales.

Según explica, el motivo de optar por esta opción es que "al usarlos en la cavidad oral, proporcionarían una protección al impedir que el virus se adhiera a nuestra células". Un primer ensayo in vitro, aseguran, demostró la capacidad de bloquear de los anticuerpos en la unión del virus al receptor humano. Más tarde, otro sobre muestras de saliva tras la ingesta de la pomada corroboró que estos anticuerpos "permanecen al menos dos horas en la saliva".

De esta forma, al ingerir la pomada, esta dispersa anticuerpos tanto en la cavidad oral como en la faringe y el esófago. "Si el virus entra en el organismo, los anticuerpos lo atraparán y rodearán impidiendo la infección. El virus es arrastrado hacia el estómago, donde los jugos gástricos lo destruirán", argumenta el CSIC.

Bastaría con medio gramo

El encargado de llevar la idea a cabo, Diego Schattenhofer, previamente ya ha desarrollado "pomadas gastronómicas y salsas". Llegado el caso, las incorporaría a sus platos cuando las autoridades sanitarias lo permitan.

Por lo conocido hasta el momento, sería suficiente con medio gramo de estas pomadas para generar una inmunidad de dos horas frente al virus. "En un menú de nueve platos podríamos trabajar con esa yema de huevo en un mojo rojo o un sabayón inmunizados", reconoce el cocinero argentino, que sigue trabajando en otras posibilidades para aplicar el producto.

Para Schattenhofer, supondría una gran ilusión que finalmente se llevara a cabo un producto que "puede ayudar al mundo de la hostelería, donde tanto miedo y daño se está generando". Si se llegara a aprobar, la idea del chef es la de "incorporar cada ciertos pases" salsas como un mojo inmunizado, con el fin de "conseguir la profilaxis de la garganta".