CORONAVIRUS

La carrera por conseguir la vacuna, a velocidad de guerra

La búsqueda de una vacuna con la que combatir la COVID-19 se está convirtiendo en una carrera; la cual está liderando China, y seguida por Estados Unidos.

La carrera por conseguir la vacuna, a velocidad de guerra

Pasan los días y el coronavirus continúa siendo un grave problema para la población mundial al no haber una vacuna con la que poder deshacerse de él. Por ello, muchos países se hallan investigando 'a contrarreloj' sobre variantes o posibles curas con las que acabar con el virus.

En primer lugar, China. El gigante asiático fue el lugar donde se originó la COVID-19, y también quieren ser los primeros en lograr una vacuna que sea eficaz. En estos momentos se encuentran avanzando en la vacuna experimental de Sinovac Biotech, que sería la segunda vacuna en llegar a la etapa final de pruebas en China, y la tercera en todo el mundo.

Estados Unidos es otro de los países que se encuentran en búsqueda de una vacuna para salvar a la mayor cantidad de la población posible, y por ello colabora con el sector privado para ganar esta carrera por la vacuna.

El hecho de haber reducido el número de contagios por coronavirus en China, ha provocado que sea más complicado realizar ensayos de vacunas a gran escala, y algunos países han acordado trabajar con ellos, cumpliendo con todos los requisitos de calidad y seguridad.

En el país asiático, la unidad de investigación médica del Ejército Popular de Liberación (PLA), uno de los organismos que más está colaborando para combatir las enfermedades infecciosas, se encuentra trabajando con empresas privadas como CanSino para desarrollar vacunas frente al coronavirus. "Velocidad del tiempo de guerra", así calificaba una entidad del Estado a las medidas que se estaban tomando en relación con las vacunas.

En estos momentos, China ya está detrás de 8 de las 19 candidatas a vacunas en ensayos con humanos, estando entre ellas la de Sinovac y la de CanSino, y centrándose, sobre todo, en las que son 'inactivadas', que es una tecnología utilizada para combatir enfermedades como la gripe o el sarampión, y que podrían aumentar las posibilidades de éxito.

Mientras, desde Occidente, Estados Unidos y Alemania están desarrollando 'Moderna' y 'CureVac', respectivamente. Tratándose de dos vacunas que utilizan una tecnología denominada ARN mensajero, y que nunca antes se había utilizado.

La tecnología de las vacunas inactivadas

El director del Centro de Educación sobre Vacunas del Hospital de Niños de Filadelfia, Paul Offit, señalaba que: "Si tuviera que elegir una vacuna que creo que sería más segura y efectiva sería esa (vacunas inactivadas)". "Es una estrategia probada y verdadera", apuntaba Offit, que es co-inventor de la vacuna contra el rotavirus, RotaTeq.

En China creen en esta tecnología y cuatro de sus candidatos en ensayos de humanos tratan con esta tecnología, incluidas las vacunas de Sinovac, dos del Grupo Nacional de Biotecnología de China (CNBG), y una del Grupo Farmacéutico Nacional de China (Sinopharm).

Y en la actualidad solo hay dos vacunas experimentales de COVID-19 en los ensayos finales de la Fase III, que son la de Sinopharm y una creada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford. A finales de este mes, entrará en esta lista Sinovac (de la que China combinó sus ensayos junto con la de Sinopharm).

La unidad de investigación médica del Ejército Popular de Liberación (PLA) es capaz aprobar "medicamentos militares específicamente necesarios", y de esta manera, y aplicando un método que usaba adenovirus, surgió la vacuna de CanSino. Su líder científico, Chen Wei, fue el primero en tomar la inyección experimental.

¿A qué se enfrenta China?

El principal desafío al que se enfrenta China es que la pandemia, prácticamente, no está en el país, por lo que necesitan a una gran cantidad de personas para llevar a cabo grandes ensayos y comprobar la efectividad. Emiratos Árabes Unidos, Brasil, Canadá, Indonesia y México, se han ofrecido para colaborar. No han hecho lo mismo los principales países europeos, ni Estados Unidos, debido a que están desarrollando sus propios proyectos.

China deberá garantizar además, que las vacunas sean de calidad y que ofrezcan una seguridad en los pacientes, haciendo olvidar la antesala de los varios escándalos sobre vacunas deficientes de los últimos años. "La autoridad reguladora nacional china ha estado mejorando su supervisión", señalaba Jerome Kim, jefe del Instituto Internacional de Vacunas.