ESPAÑA

La cacería de Botswana motivó el cierre de la cuenta suiza de Juan Carlos I y la donación a Corinna

El País ha accedido a la declaración del director del banco donde Juan Carlos I tenía los 64,8 millones de euros que presuntamente cobró de Arabia Saudí y acabaron en la cuenta de Corinna Larsen

La cacería de Botswana motivó el cierre de la cuenta suiza de Juan Carlos I y la donación a Corinna
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El pasado 15 de marzo, Felipe VI tomaba una drástica decisión. El monarca decidió retirar la asignación de casi cuarto de millón de euros anuales a su padre, el rey emérito Juan Carlos I, y además renunciar a cualquier herencia que pudiera tener relación con montantes de dinero provenientes del extranjero.

Las investigaciones sobre la figura de su padre y sus negocios en el exterior habían comenzado. Juan Carlos I dejó de ser inviolable en el momento que abandonó el trono. La Justicia española y la suiza tratan de aclarar su participación en la asignación de la obra del AVE de Medina a La Meca a un consorcio de empresas españolas y presuntos cobros de mordidas. 

El pasado 8 de junio la Fiscalía del Tribunal Supremo anunció que había una investigación en curso sobre el papel que el rey Juan Carlos había tenído respecto al pago de comisiones por la adjudicación del contrato del AVE a La Meca a empresas españolas. Además de la Fiscalía del Supremo, la justicia helvética también investiga a Juan Carlos I por el cobro de una donación de más de 60 millones de euros procedente de Arabia Saudí. El pasado 12 de junio, el fiscal suizo Yves Bertossa solicitó más información sobre este asunto a la justicia española y, precisamente, las declaraciones de sus testigos han puesto el foco mediático sobre este caso.

Tanto el diario El País como el diario El Español han tenido acceso a los testimonios de distintos sujetos relacionados con esta donación como son Corinna Larsen, empresaria alemana estrechamente vinculada con el rey, Arturo Fasana, gestor de esta donación y Dante Canónica, abogado suizo que colaboró con Fasana. Todos están acusados de un presunto delito de blanqueo de capitales.

Para el fiscal suizo, este dinero estaría relacionado con una comisión a Juan Carlos I por parte de la monarquía saudí por su ayuda para cerrar la adjudicación del Ave entre Medina y la Meca. Según explica Fasana, autoridades saudíes y el propio Juan Carlos le explicaron que era "un regalo en forma de dinero para su hermano", algo supuestamente habitual entre las monarquías árabes. 

Para recibir ese regalo, Canónica y Fasana crearon la Fundación Lucum y abrieron una cuenta en el banco suizo Mirabaud. "Elegí el banco Mirabaud porque su presidente en esa época, Pierre Mirabaud, era el presidente de la Asociación de Banqueros Suizos", asegura Fasana en su declaración judicial recogida por El Español. El banco, sin hacer preguntas según Fasana, dio el visto bueno para el ingreso. Este añade que no hay documentos oficiales sobre este movimiento de dinero. Una versión que ha sido confirmada por el propio expresidente del banco en su declaración ante el fiscal. 

Además, explica Fasana, a través de la Fundación, hecha a propósito con el fin de recibir este dinero, también se habría gestionado un ingreso de 1,9 millones de dólares que le habría entregado el sultán de Bahréin al propio Juan Carlos que apareció, según este, con todo ese dinero en una maleta en su domicilio personal. El Mirabaud, sin más preguntas, también habría aceptado este ingreso.

El papel de Corinna Larsen

Corinna Larsen, empresaria alemana y examiga de Juan Carlos I, juega un papel determinante en todo este entramado. El pasado 4 de julio, el diario El País tuvo acceso en exclusiva a la declaración ante la justicia suiza en la que aseguraba que recibió hasta 64,8 millones de euros en 2012 de parte de Juan Carlos I "por gratitud y amor", para asegurar "su futuro y el de sus hijos" y además "porque todavía tenía la esperanza de recuperarme". Así se lo explicó al fiscal Bertossa ante el que negó que ese dinero llegara a su cuenta porque Juan Carlos se quisiera deshacer de él.

Este martes, este diario aporta nuevos detalles y arroja luz sobre como este montante acabó en una cuenta en el banco Gonet de Bahamas. El principal motivo para el cierre de la cuenta de Juan Carlos en el banco Mirabaud fue la polémica internacional provocada por su accidente en la cacería de elefantes en Botswana, a la que acudió con Larsen y el hijo de esta. El monarca ocupó portadas en prensa y el banco decidió cerrar su cuenta por motivos de negocios. "El banco Mirabaud había incrementado su presencia en España. En esa época, las actuaciones del rey de España empezaron a ser la portada de numerosos periódicos. Hago referencia, en particular, a un viaje a África para, según la prensa, cazar elefantes. También consideramos que ya no era oportuno conservar esta cuenta", aseguró Mirabaud, expresidente, en su declaración ante el fiscal.

Una vez cerrada su cuenta en Mirabaud, Juan Carlos I decidió transferirle todo este dinero a Corinna Larsen a su banco en Bahamas, transferencia que ella justifica con los motivos ya citados en su declaración del 19 de diciembre de 2018: "amor y gratitud" además de un supuesto intento de reconciliación. "Pienso que me ofreció ese dinero por gratitud y por amor. Era consciente de que había hecho mucho por él y que había estado muy presente cuando le anunciaron su enfermedad. Pienso también que se sentía un poco culpable por lo que me había pasado en Mónaco. En 2012 fui secuestrada por los servicios secretos españoles en mi apartamento. Pienso que hay una última razón: que tenía todavía la esperanza de poder recuperarme", explicó en su declaración. 

Además de esta transferencia. el fiscal suizo preguntó a Larsen por la compra de distintos domicilios en Londres o Suiza, en los que Juan Carlos había participado con supuestos "préstamos", el ingreso en una cuenta a su nombre en el banco Mirabaud de 4,4 millones de euros por parte del gobierno de Kuwait semanas después, según la fiscalía helvética, de que Juan Carlos visitara el país o sobre la posesión de un terreno en Marruecos que, según ella, le regaló el propio Mohamed VI y que no guarda relación ninguna con el Rey emérito. Todos estos bienes fueron gestionados a través de distintas sociedades o fundaciones.

Como afirma El País, Larsen también contestó preguntas sobre su actividad profesional y negó tener ningún negocio en España ni contacto de ningún tipo con Juan Carlos I.