La isla de Wight ha sido el territorio elegido por el Reino Unido para probar la efectividad su la aplicación de rastreo de contactos para detectar contagios de coronavirus. Su funcionamiento ha sido puesto este martes hoy en marcha y las autoridades británicas esperan que sea una herramienta de gran utilidad para combatir la expansión de la enfermedad.

La aplicación, que ha sido desarrollada por el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS), alertará a los usuarios si han estado cerca de alguien que informe que padece síntomas de la COVID-19 o que ha dado positivo en un test, utilizando la tecnología bluetooth de los teléfonos móviles. Además, servirá para recabar información que ayudará a los científicos a estudiar el comportamiento del coronavirus con el objetivo de evitar nuevos contagios.

Si los resultados de la prueba en la isla de Wight son satisfactorios, la aplicación podría implementarse en todo el Reino Unido a finales de mayo. El gobierno británico calcula que más de la mitad de los 80.000 hogares de la isla, que cuenta con unos 140.000 habitantes, descarguen la app, según desveló el pasado domingo el ministro de Gabinete, Michael Gove.

Polémica por el acceso a datos

El acceso a los datos de los ciudadanos y que éstos queden centralizados ha sido criticado por grupos de defensores del derecho a la privacidad, que cuestionan el sistema implantado por las lagunas legales que contiene. El Gobierno británico ha desmentido la posibilidad del uso de estos datos para otros fines ajenos al estudio del coronavirus y ha asegurado que está garantizado el anonimato de las personas que participen en el estudio.