Coronavirus

Solana, por el coronavirus: "Todos salimos muy machacados, he perdido 10 kilos"

El exministro y exsecretario general de la OTAN ha relatado su experienca en la Cadena SER tras recibir el alta hospitalaria: "El mensaje más importante es que uno se puede curar".

Javier Solana (Madrid, 14-7-1942), exministro del Gobierno español y exsecretario general de la OTAN, continúa recuperándose en su domicilio de las secuelas provocadas por el coronavirus tras recibir el alta hospitalaria. El que fuera también Alto Representante del Consejo para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea ha relatado vía telefónica su experiencia en una entrevista en el programa ‘Hoy por Hoy’ de la Cadena SER, desde donde ha querido mandar un mensaje de ánimo a todos los afectados, además de mostrar su gratitud por el trabajo que están desarrollando los profesionales sanitarios durante la pandemia.

“Ha sido duro, pero quiero decir que lo más importante es que uno se puede curar. Para mí fue ese convencimiento lo que quizá me ha hecho, en parte, ganar esta batalla. Porque es una batalla entre tu sistema inmunológico y el virus. Y el sistema inmunológico puede ganar”, ha asegurado Solana. “Es duro porque no te lo esperas. Llegas a una noche, con muchísima fiebre y tosiendo, y no te dejan salir. Y llega el segundo día, el tercero y el cuarto y parece que vas mejorando. Y, de repente, llega el día seis o el día siete, e incluso el día ocho, y es cuando te la juegas. Es cuando ves que empeoras y sigues empeorando y tienes esa sensación de que ya parecía que te ibas a ir a casa y no te vas. Te pegas un buen susto”, ha añadido.

El peor momento

El exministro también ha relatado el momento en el que peor lo paso: “Fue un sábado que me bajaron a la UCI cuando yo creía que estaba ya saliendo y me empecé a ahogar. Pero tuve la suerte de que el equipo médico que me trataba es maravilloso. No tengo palabras para describirlo. Tienen una entrega para la que no tengo palabras. No les voy a olvidar jamás”.

Solana, que no pudo ver a su familia durante el tiempo que estuvo ingresado, tampoco olvida a sus compañeros de habitación: “Uno era un poco mayor que yo, de 85 años. El pobre luchó muchísimo y no pudo con ello. Luego tuve uno más joven, de 55 años, a quien iba explicando lo que le iba a pasar porque todo mi camino era el que estaba haciendo él unos días después. Y le ha dado muchísima moral el que estuviera yo. Le decía que no se preocupase porque de esto se sale, que ahora parecía que estaba más bajo, pero que se iba a recuperar. No hemos hablado demasiado porque cansa muchísimo hacerlo cuando estás flojo, con los pulmones mal, pero he debido de servirle para algo porque nos hemos despedido muy cariñosamente”.

Secuelas físicas

El antiguo secretario general de la OTAN ha reconocido que sale al balcón a aplaudir “con toda la fuerza que tiene en los brazos” cada día a las ocho de la tarde para agradecer la labor de todo el personal sanitario. Además, ha confesado que el coronavirus le ha dejado secuelas físicas que ya está superando: “Todos los que salimos lo hacemos muy machacados. Yo he perdido más de 10 kilos y estoy hecho un alfeñique, pero estoy recuperando casi a kilo diario. Tengo mucho apetito y estoy comiendo muy bien”.