Mariano Tovar

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No recuerdo una offseason tan offseason como esta offseason. Una vez terminada la gran oleada de fichajes en la agencia libre, tras la llegada de DeSean Jackson a los Redskins, todos los equipos se han enclaustrado en sus cuarteles de invierno a preparar el draft y no tenemos ni un mísero mendrugo de pan que echarnos a la boca.

Así que ya se pueden andar con ojo los jugadores desde aquí hasta la elección colegial. Cualquier desliz personal posiblemente sea magnificado a falta de nada mejor que contar. Ahora va a resultar que terminaremos echando de menos huelgas y lockouts, que nos mantenían durante meses en vilo, devorando cualquier rumor ante el temor de que la siguiente temporada no se fuera a celebrar.

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La NFL lleva años intentando imponer un perfil bajo alejado de los escándalos, con un código de conducta que sanciona indiscriminadamente, bajo el indescifrable epígrafe que podríamos definir como “usted no se ha comportado como debe hacerlo un miembro de esta organización”. El problema es que no hay ningún libro de normas al que acudir para saber lo que se puede hacer o no. Es más bien la relación de una multitud de hijos con un padre al que no le preocupa en absoluto la educación de sus vástagos, sino la imagen social que proyectan.

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La NFL ha trabajado rápido y bien bajo el reinado de Goodell para controlar con sus tentáculos todo lo que tenga que ver con la institución. Que ninguna noticia quede bajo su control, que cualquier investigación médica se haga con su supervisión, que el más mínimo escándalo quede sepultado cuanto antes… La consecuencia es simple y llanamente lo que estamos viviendo en estos días. No hay nada que contar, nada de lo que hablar, nada sobre lo que discrepar. Tanto encefalograma plano demuestra un gran poder y un espléndido trabajo de control de la información y de la opinión pública, pero tiene una consecuencia perniciosa: los aficionados a la NFL nos estamos aburriendo, y además lo estamos haciendo durante demasiadas semanas. ¿Qué eso es bueno y provoca que tengamos más ganas de football? Yo no lo tengo tan claro. Es más, pienso que como lo que estamos viviendo durante esta offseason se convierta en la tónica actual, a largo plazo eso va a ser malo para la NFL, que no puede permitirse desaparecer de los grandes titulares durante tanto tiempo.

Sé que ya he repetido demasiadas veces lo que voy a decir ahora, pero cada minuto que pasa queda más claro que el convenio firmado entre la NFL y la asociación de jugadores fue un desastre. Este año el draft se ha retrasado más que nunca. Yo creo que la culpa la tiene la reducción en las sesiones de entrenamientos acordadas en el convenio. Ahora no hay tanta urgencia por que comiencen los training camp. De hecho, esta semana ha leído varios artículos en los que entrenadores se quejaban de que en los entrenamientos voluntarios solo puedan intervenir los entrenadores responsables de aspectos físicos. No se permite ni siquiera una conversación táctica entre un coordinador y un jugador. ¿A quién beneficia esa decisión? Cada vez parece más evidente que demasiados ejecutivos que nunca se habían puesto un casco, o entrenado a un equipo, opinaron sobre cuestiones cuyo alcance ni sabían ni les importaba. Estoy convencido de que lo firmado no podrá aguantar vigente durante los diez años previstos. Antes o después será necesario reformar algunos puntos antes de que el deporte se resienta demasiado.

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Después de este rollo, quería aprovechar para responder en público alguna cuestión que me habéis planteado algunos por correo.

Los equipos de la NFL no pueden empezar la temporada por encima del cap. ¿Qué sucede si lo superan? Simplemente no se contempla la posibilidad. No se puede. El día que cada equipo da la lista definitiva de 53 jugadores que iniciarán la temporada, sus cuentas tienen que cuadrar. ¿Pero no hay ningún castigo previsto en caso de que alguien incumpla? Pues no. Roger Goodell, o el comisionado de turno, tiene la potestad para decidir qué castigo aplicar en el hipotético caso de que un insensato decida pasarse de listo. Y viendo las últimas decisiones cuando Redskins y Cowboys superaron el límite en una temporada en la que no había límite (y tampoco lo hicieron por mucho), no creo que nadie se atreva a retar al comisionado cuando además tenga la razón de su parte.

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En resumen, nadie supera el cap. Ahora mismo solo los Broncos están por encima. En concreto, 1. 438.997 dólares. Así que todavía tienen un complicado trabajo de despachos para conseguir reestructuraciones, hacer despidos y cuadrar el círculo no solo para hacer desaparecer los números rojos, sino también para conseguir margen suficiente para firmar los contratos de los jugadores elegidos en el draft. También tienen problemas Lions (1.623.130), Redskins (2.533.369), Chargers (3.653.253), Saints (4.412.782) y Chiefs (4.702.068). Todos ellos están por encima del cap, pero deberán hacer encaje de bolillos para firmar a sus novatos.

(EDITO: una aclaración. Los números que aparecen en el párrafo anterior no son los oficiales de la NFLPA, sino la estimación que elabora Spotrac a partir de los contratos en vigor dentro de cada plantilla. En realidad, ningún equipo puede estar sobre el cap en ningún momento, así que el dato de los Broncos no es oficial, pero creo que los números de Spotrac muestran un panorama más real de la situación y ayudan a entender los posibles movimientos de los próximos meses).

En el extremo contrario están los Browns, con más de 40 millones para gastar, los Jets con 33 o los Jaguars con 30. ¿Pero no es obligatorio gastar hasta el 89% del Cap en contratos a los jugadores? No exactamente. Esa obligación de gastar el 89% no es anual, sino cuatrienal. Los equipos están obligados a gastar el 89% de la suma de los caps de 2013, 2014, 2015 y 2016. De hecho, pueden gastar por debajo de esa cantidad en dos de los cuatro años, siempre y cuando terminen 2016 por encima de esa cifra. En caso de quedarse por debajo, tendrán que repartir la diferencia entre los jugadores que estuvieron en sus plantillas en esas cuatro temporadas. En 2017 comenzará otro cuatrienio que concluirá en 2020.

El único compromiso anual se refiere a que la suma del gasto de los 32 equipos debe superar cada año el 95% del cap total. En caso de no conseguirlo, se repartirá la diferencia entre todos los jugadores que formen las plantillas definitivas de 53 jugadores.

Como digo siempre que trato estos asuntos más contractuales que deportivos, es posible que esté equivocado o no lo haya explicado con la corrección debida, así que agradezco cualquier puntualización que hagáis en los comentarios.

Para acabar, una noticia que no ha tenido demasiada trascendencia pero que me parece interesante, sobre todo por su interés para los aficionados. Parece ser que la intención de la NFL es programar los jueves partidos estelares. Al menos durante las primeras ocho semanas en que los partidos serán emitidos por la CBS (ya sabéis que a partir de la semana 9 solo los emitirá NFL Network).

La decisión fue tomada en la reunión de propietarios. El partido estelar de la semana seguirá siendo el Sunday Night que emite la NBC, pero la intención de la NFL es programar el jueves un partido tan bueno, o incluso mejor, como el del MNF en esas ocho primeras semanas. El objetivo es que el football lidere la franja horaria de prime time de los jueves como ya lo hace los domingos. Incluso algunos analistas vaticinan que los partidos de los jueves tendrán más audiencia que el Sunday Night.

Los que no parecen muy contentos con la decisión son los ejecutivos de ESPN, que además es la cadena que más paga por los derechos de la NFL. El problema es que los propietarios ven el canal como lo que es, una televisión por cable, y prefieren cuidar a las cadenas que atraen de verdad a la audiencia. Ya se rumores que la ESPN puede tomar medidas incluso legales en caso de sentirse discriminada cuando la NFL decida el calendario definitivo.

El asunto puede parece aburrido y farragoso, pero no es malo saber que a partir de ahora los jueves pueden llenarse de duelos divisionales y grandes rivalidades. Un partido que muchos en Europa solo podíamos ver a través del Game Pass, y casi siempre de refilón por su poca trascendencia, puede pasar a convertirse en un objetivo jugoso para las televisiones que tienen los derechos de la NFL fuera de EEUU.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl