Por segundo año consecutivo he caído en la tentación de elaborar un resumen de la temporada. Entonces me decanté por asignar un nombre a cada una de las doce campanadas, porque además iba a juego con 2012. Esta vez me ha salido uno más, así que definiré la entrada como ‘Los trece de 2013’. Algún supersticioso preferiría decir 12+1, allá cada cual con sus cosas… Yo he nacido en día 13, así que permítanme que utilice la cifra en toda su extensión.

MARIANNE VOS. En algunos deportes (tenis y atletismo son los mejores ejemplos), las categorías masculina y femenina están prácticamente equiparadas. No es el caso del ciclismo, donde aún la distancia es enorme, no nos podemos engañar. A pesar de ello, voy a empezar caballerosamente por una mujer excepcional, como ya hice el año pasado. Y casi me sirve lo que escribí en 2012, porque desde entonces no se ha bajado del oro. Se trata, lógicamente, de Marianne Vos, que revalidó su maillot arcoíris con otra exhibición en Florencia, donde volvió a alzar los brazos tras un ataque en solitario. La holandesa ya lleva ocho medallas consecutivas en los Campeonatos del Mundo de ruta, tres de ellas de oro. También ha reeditado por quinta vez seguida su corona en ciclocross. Vos es un ciclón de 26 años, una deportista impresionante.

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CHRIS FROOME. En el género masculino, Froome ha sido indiscutiblemente el mejor del año. En 2012 ya pudo haber ganado el Tour, pero fue sometido a la disciplina de equipo a favor de Bradley Wiggins, igual que le había ocurrido en la Vuelta de 2011. En este 2013 se le soltó por fin el cordel y no dejó dudas de su superioridad en la ronda francesa. Esta victoria valdría por sí misma para justificar toda una temporada, pero el keniano nacionalizado británico lució también durante el resto del año hasta sumar trece victorias, entre ellas Romandía y Dauphiné. Sólo fue sometido con cierta claridad en la Tirreno-Adriático ante Vincenzo Nibali, con quien ya se augura un interesante duelo en el Tour de 2013.

VINCENZO NIBALI. El ‘Tiburón del Estrecho’ devoró el Giro de Italia, una carrera que se vio afeada por el mal tiempo y las suspensiones, aunque eso no resta ni un ápice la justicia de su victoria. El italiano estuvo a punto de completar un doblete con la Vuelta, el mismo que había hecho Alberto Contador en 2008, pero en la ronda española se topó con un sorprendente Chris Horner. Aun así, Nibali no se rindió hasta las últimas rampas del Angliru, pura bravura. Seis victorias, el cuarto puesto en el Mundial y el quinto en el WorldTour redondean su gran año y sus vibraciones para 2014.

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NAIRO QUINTANA. A sus 23 años, Nairo heredó los galones de Valverde en pleno Tour con tanta naturalidad que hasta se le hizo corto: remontó hasta la segunda plaza del podio que ocupaba Contador (finalmente cuarto) y venció al invencible Froome en la penúltima etapa de Le Semnoz. Nairo redondeó al año con seis victorias, pero sobre todo con la etiqueta de poder dominarlo todo en un futuro inmediato. Su emersión coincide con el reflotamiento de los ‘escarabajos’, aquellos colombianos que sorprendieron al mundo pedalista en los ochenta. Rigoberto Urán, Sergio Henao y Carlos Betancurt también fueron dignos representantes de ese ciclismo en 2013.

CHRIS HORNER. En otros tiempos, el estadounidense habría sido objeto de admiración suprema, después de ganar una gran ronda por etapas con 41 años, casi 42. Pero los tiempos son los que son y su increíble victoria en la Vuelta a España no ha arraigado ni ha convencido. No se trata de acusaciones gratuitas: el propio ciclismo no cree en Christopher Horner, porque ni siquiera ese triunfo tan grandioso le ha servido para encontrar equipo en 2014.

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FABIAN CANCELLARA. Cuando un ciclista gana el Tour de Flandes y la París-Roubaix el mismo año (sólo diez corredores han hecho ese doblete), y además lo consigue por segunda vez en su carrera (ya lo logró en 2010), lo único que se me ocurre es deslomarme a reverencias. A sus 32 años, el suizo domó en Flandes el ímpetu de Peter Sagan, con quien también mantiene un pique dialéctico durante todo el año. Y en Roubaix conoció a un firme candidato a su sucesión en el pavés: Stybar. Ahora 'Espartaco' se plantea resucitar el récord de la hora, un nuevo reto para un gran campeón.

RUI COSTA. El portugués lleva encadenadas dos temporadas espléndidas, que en este 2013 ha coronado con el maillot de campeón del mundo. En el Tour de Francia fue sacrificado para ayudar a Valverde, por lo que nunca se sabrá hasta dónde hubiera podido llegar en la general. A la larga tampoco le perjudicó tanto esa condena, porque le permitió la suficiente libertad como para ganar dos etapas. El luso sumó un total de ocho victorias, entre ellas la Vuelta a Suiza, y para 2014 ha cambiado el maillot del Movistar por el del Lampre para volar en libertad.

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PURITO RODRÍGUEZ. En este 2013 no recolectó un gran número de victorias (cuatro, por las diez de 2012 o las siete de 2011), pero mantuvo una regularidad abrumadora que le aupó al número uno final del WorldTour y al tercer peldaño del podio en el Tour de Francia. Como remate conquistó la victoria por segundo año consecutivo en el Giro de Lombardía, un monumento sólo reservado a unos pocos elegidos, y la plata en el Mundial, bañada en lágrimas porque sólo una torpeza de Valverde evitó su oro.

TONY MARTIN. El alemán sacó la apisonadora en Florencia y enlazó su tercer oro y quinta medalla consecutivos en Mundiales de contrarreloj, por delante de dos expertos en la especialidad como Wiggins y Cancellara. Fue una de las doce victorias de Tony Martin en esta temporada, aunque uno de los momentos más recordados nos transporta precisamente a una carrera que no ganó: me refiero a su cabalgada de 175 kilómetros en la Vuelta a España camino de Cáceres, cuando se escapó tras el banderazo de salida y solo sucumbió a 20 metros de la llegada. Hay derrotas gloriosas.

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PETER SAGAN. A sus 23 años continúa con el rodillo en marcha: 15 victorias en 2011, 16 en 2012 y 22 en este 2013. Sagan confirma su voracidad, aunque todavía no ha amarrado ninguna de las grandes clásicas. En la Milán-San Remo se confió demasiado ante Ciolek y en Flandes topó con un Cancellara superior. Cada vez está más cerca, y si bien es cierto que venció en la Gante-Wevelgen y la Flecha Brabanzona, todavía tiene que dar ese gran salto al paraíso ciclista.

ALEJANDRO VALVERDE. He dudado si meterle o no en este resumen, pero al final me he decidido porque protagonizó uno de los momentos del año, aunque fuera para mal. Un error estratégico en el Mundial de Florencia privó del oro a Purito en favor del portugués Rui Costa, compañero del murciano en el Movistar. A pesar de ello Alejandro se llevó el bronce, la quinta medalla mundialista en su palmarés. Esa misma tercera plaza ocupó en la clasificación final del WorldTour, pero no gracias a sus victorias (Mallorca y Andalucía no puntúan en este ránking), sino por su numerosa colección de puestos: segundo en Amstel, San Sebastián y Lombardía; tercero en Lieja y Vuelta a España... Una buena temporada, pero exenta de gloria.

WARREN BARGUIL. La temporada 2013 ha sido la reconfirmación del resurgimiento del ciclismo francés. He elegido personalizarlo en Barguil, pero en realidad es un éxito colectivo en el que también participaron Riblon, Edet, Geniez, Elissonde, el asustadizo Pinot o el veterano incombustible Chavanel. Me he decantado por Barguil por sus dos victorias de etapa en la Vuelta a España con 21 años, una temporada después de coronarse en el Tour del Porvenir. Warren deberá refrendar sus maneras en un calendario más exigente, pero de momento apunta muy alto.

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BEÑAT INTXAUSTI. He insistido mucho en los últimos tiempos en que los primeros espadas del ciclismo español se están haciendo mayores y que no existen relevos a su estela. Ciertamente, sigo siendo de la opinión de que se avecina una travesía larga por el desierto. Por esa razón me he permitido la licencia de cerrar este resumen de 2013 con un ciclista que este año ha dado un paso importante, con la maglia rosa y una etapa en el Giro de Italia, además de su victoria en la Vuelta a Pekín. La progresión de Intxausti, sin llegar aún a las cotas de los Valverde, Contador o Purito, tiene que servir para animar el futuro.